Las escuelas unitarias llaman a filas

A. parada RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

GUS DE LA PAZ

Familias del centro boirense de Comoxo crearon una campaña para mostrar las ventajas de estudiar en este tipo de recintos

09 feb 2020 . Actualizado a las 11:57 h.

«Sabemos que é un esforzo traer aos nenos catro veces ao día, pero a educación personalizada merece a pena». Detrás de esta frase se halla la absoluta sinceridad de Rita Bermo, una de las madres del alumnado del boirense CEIP Pazos Comoxo, un centro que funciona como una unitaria en el que se imparte clase hasta el primer ciclo de Educación Primaria. Al igual que el resto de familias, Bermo se ha implicado en la realización de una campaña destinada a sumar más chiquillos a la escuela mostrando los beneficios de estudiar en un centro de estas características.

El período de prematriculación ya está abierto en los colegios y escuelas infantiles, y con él también se abre un período crucial para las unitarias, que en los últimos cursos ha estado marcado por la realización de iniciativas que buscan explicar a los padres y madres el lujo que supone contar con una opción de estudio «totalmente distinta á dun colexio, pois con nove nenos traballas moito mellor que con 25», una descripción de la propia maestra de Comoxo.

«Practicamente, son as nais as que están movendo todo e as que se involucraron dende o comezo», explica la nueva docente de esta escuela. Aunque acaba de incorporarse al centro, ya ha podido comprobar el grado de implicación de unos progenitores que hasta han dedicado parte de su tiempo libre a mejorar las instalaciones, pintándolas e incluso incorporando muebles nuevos.

Los progenitores están mostrando este tipo de detalles en las redes sociales y en una macro jornada de puertas abiertas que abarcará todo este mes.

Antigua alumna

«Lémbroos como os mellores anos da miña vida, eramos pouquiño, case una ducia, pero eramos un equipo. No patio xogábamos sempre entre todos e logo volvíamos xuntos andando á casa, mais non só lle pasou á nosa xeración», cuenta Jenifer Miranda, que sabe muy bien lo que le aportó estudiar en la escuela de Comoxo, forjando vínculos únicos que mantuvo en años posteriores e incluso en su boda.

Miranda ha visto muchas similitudes en el caso de su hija y su experiencia. «Moitos pais temen as diferenzas de idade, pero precisamente é unha das cousas que fan grande esta educación», explica la madre de una niña que un día al volver de clase le pidió palillos. ¿Por qué? Porque quería imitar a los mayores de la clase que ya contabilizaban decenas y docenas a través del método Montessori. Y a los tres meses de empezar a clase ya escribía todas las letras de su nombre. No es el único caso similar, con 3 años la pequeña de Rita Bermo a final de curso ya leía.

«A idea de que haxa distintas idades mesturadas pode soar a caos, pero as pequenas sempre queren imitar ás máis grandes», argumenta la responsable del centro, señalando que los mayores también maduran antes por el sentido de la responsabilidad. Además, el propio profesor de las unitarias también supone una ventaja: «O contacto é directo, non hai que concertar unha cita para a titoría, falamos directamente ao remate de cada clase», destaca Miranda.

Por otra parte, las familias también apostaron por acercar actividades extraescolares tan necesarias como el inglés. Por este motivo, dos veces por semana, una profesora se desplaza expresamente a Comoxo para enseñar esta lengua extranjera. Sumado a un patio de recreo emplazado en un entorno totalmente natural, esta serie de factores se ponen por delante en cada jornada de puertas abiertas y los resultados no se han hecho de esperar. En lo que va de mes, dos familias ya han mostrado su interés por matricular a sus pequeñas en esta unitaria.

La implementación de nuevos servicios y la difusión en la Red, las mejores armas

La prueba de que campañas como la que realizan las familias del CEIP de Pazos Comoxo funcionan se encuentra en pasados ejemplos como el de la escuela infantil de A Granxa, en Lesón, o en cada uno de los centros que conforman el CRA de Rianxo. Después de estar peligrando su futuro en el primer caso, o de perder alguna unidad en el segundo, las acciones emprendidas permitieron recuperar y aumentar el número de alumnos. Entre estas iniciativas, destacaron la difusión en Internet y la mejora de los servicios ofertados.

En los centros del CRA de Rianxo están preparando la difusión para captar matrículas, que se centrará tanto en potenciar su página web y redes sociales, donde muestran sus distintos proyectos y actividades, como en una jornada de puertas abiertas fijada para el 3 de marzo.

Importante trabajo

No obstante, no descartan repetir la realización de un vídeo, con el que lograron una notoriedad importante el pasado curso. Además, cada año realizan un trabajo importante de recopilación de datos que les permite conocer cuántos potenciales alumnos habrá y si las familias tienen intención de sumarse o de continuar. Asimismo, no centran únicamente la campaña en las parroquias, sino que promocionan el CRA en el propio casco urbano.

«Temos nove alumnos e a previsión é que esta cifra medre, polo que nos comentan as familias teríamos garantida a matrícula ata o 2025», indica la maestra del centro de Lesón, que celebrará su jornada de puertas abiertas del 15 al 29 de este mes, a las 13.00 horas. La escuela de A Granxa, gracias a la implicación de las familias, el próximo curso sumará el servicio de madrugadores, han solicitado el transporte escolar y quieren transformar la antigua vivienda del maestro en biblioteca y sala para chicos con necesidades especiales: «O mérito e traballo son das nais e pais».

Una total de diez instalaciones fueron clausuradas desde el año 2010

La caída demográfica y el desplazamiento desde zonas de ámbito rural al centro de localidades son las razones de la desaparición de nueve escuelas unitarias y un colegio desde el 2010. Las boirenses de Cespón, Vilariño y Campo de San Roque cayeron ese mismo año, y la pobrense de O Conchido en el 2011.

En el 2013 cerró sus puertas la boirense de Bealo y, en el 2017, la de O Saltiño. La lousamiana de Tállara lo hizo en el 2015, mientras que el año pasado fueron las carnotanas de Portocubelo y O Viso las que no lograron reunir suficiente número de alumnos