El «parkour» salta sobre Barbanza

a. parada RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Esta disciplina urbana, caracterizada por sus increíbles acrobacias, aterrizó en las calles de la comarca de la mano de grupos de jóvenes

06 feb 2020 . Actualizado a las 11:40 h.

Nació en los arrabales franceses en la década de los 80 y se extendió rápidamente por las ciudades de todo el mundo, como lo hicieron otros movimientos o disciplinas urbanas. Concebido como el arte del desplazamiento, el parkour -y variantes como el freerunning- consiste en algo tan simple como trasladarse de un punto a otro de la forma más eficiente posible. Pero eso se traduce en un desfile de bellas y vistosas acrobacias, empleando y sorteando los elementos arquitectónicos a su paso. Su práctica ya no es una rareza en Barbanza, donde grupos de jóvenes se entrenan para disfrutar de una afición en la que prima la capacidad motriz de los traceur y las traceuse.

«Ser y durar», el ribeirense de 15 años Brais Brión, Russel, hace suyo el lema que ilustra la filosofía del parkour, basada en progresar al ritmo de cada uno con mentalidad positiva y las ideas claras. Porque ningún salto se ejecuta a la ligera, detrás hay horas de entrenamiento bajo las directrices de expertos -muchos de ellos comparten entrenadores, tanto de preparación física como técnica- y ensayos sobre colchonetas.

Aunque forman parte de distintos colectivos, como Parkour Revolution o US -UrbanStyle-, el ribeirense Mateo Viturro lo define como «un grupo de personas que al compartir aficiones fue creciendo hasta llegar a ser una pequeña familia». Tiene claro que en la comarca hay nivel de sobra para sobresalir en lo que el pobrense Jorge Novo describe como «lo más duro y apasionante que he hecho en mi vida» o lo que representa «una manera de desahogarse» para la ribeirense Eva Castro.

MARCOS CREO

El respeto como clave

Alex Maneiro, conocido como Pingüino (@mane_us ), tiene 17 años, pero lleva preparándose en el parkour los últimos tres. Como en otros casos, conoció la disciplina viendo vídeos en la Red y cuando supo que más gente lo practicaba no dudó en unirse: «La clave está en superar tus miedos sin sobrepasar tus capacidades». Recuerda con ilusión cada front flip -salto con voltereta frontal- que logra. Además, es de los que se suben a las tablas en esta disciplina.

No obstante, sobre el parkour sobrevuelan algunos prejuicios o malentendidos. Uno de ellos pasa por la competición, ya que en este mundo se rechaza el espíritu competitivo -contradice a sus dos reglas básicas de no arriesgar la vida nunca y respetar a los ciudadanos y el entorno-, centrándose el planteamiento en los concursos en la exhibición.

Alba Bretal, de 17 años y de la parroquia ribeirense de Oleiros, fue una de las que participó en la sección de parkour del festival sonense Rompetiño Jump, del que rememora que sin la implicación de sus preparadores, Juanra y Suso, nunca habrá adquirido los conocimientos y valores que puso en práctica. «El truco que me hizo sentir más realizada fue un barani in back -medio tirabuzón con un mortal hacia atrás-, ya que me costó mucho mentalizarme para hacerlo».

Una forma de superar tus límites»

También desde Oleiros, Mateo Bretal recuerda la sensación única de cada rondada doble mortal hacia atrás -«una forma de superar tus límites»- y, al igual que la anterior, este chico de 19 años formó parte del grupo que el año pasado recogió cerca de medio millar de firmas para solicitar la creación de una zona de entrenamiento de parkour en Ribeira. Todos ellos coinciden en que necesitan un espacio propio para no causar molestias en sitios públicos, como ya se hizo con el skatepark o el de calistenia.

En las playas, en los parques, en las plazas... da igual que sea la boirense A Boqueira de A Negral, O Centenario en Santa Uxía o las pistas de A Pobra. No importa el escenario. Estos chicos y chicas han demostrado que hay vida más allá del mando de la consola, marcándose un mortal sobre el sedentarismo y devolviendo la vida a la calle. Darle al botón del play en la lista musical del móvil simboliza un pistoletazo de salida hacia la libertad mientras trepan, saltan y vuelan desde bancos, muros o barandillas. Quién diría que la amistad y el respeto también se forjan en el aire.

MARCOS CREO

¿Vértigo? Sin tomar carrerilla o moverse del sitio, además de demostrar una total confianza en sí misma, así ejecuta esta chica una vistosa voltereta hacia atrás. Para llegar a este nivel, esta traceuse se ha preparado (y continúa haciéndolo) con entrenadores de un área en la que «todo el mundo es bien recibido».

MARCOS CREO

De columna en columna. Esta imagen es un buen ejemplo de cómo se desplazan los traceur, atravesando rápidamente esta fila de postes. Incluso antes de probar un truco que, a priori, parecería más fácil que otros, la técnica ha sido estudiada innumerables veces y se ha comprobado el estado del terreno.