Ecosistemas como el parque de Corrubedo, la ensenada rianxeira, las lagunas o el arenal de Mañóns son refugio de aves singulares
04 feb 2020 . Actualizado a las 11:09 h.La comarca cuenta con algunos parajes naturales prodigiosos a lo largo de su territorio. Ecosistemas como el parque natural de Corrubedo, las lagunas de Vixán y Louro, la ensenada rianxeira o arenales como el boirense de Mañóns o el carnotano de Caldebarcos conforman ecosistemas únicos por la fauna y flora que albergan. Y, entre esa lista, sobresale especialmente por la singularidad de las aves acuáticas que eligen Barbanza como uno de sus nidos favoritos en Galicia.
Esta última afirmación cuenta con el aval del documento bianual que publica la Consellería de Medio Ambiente, el Censo de aves invernantes de Galicia, y con el de expertos como Gustavo Ferreiro, representante de SEO Bird Life en Galicia, quien indica que «o potencial desta bisbarra témolo en diversos tipos de aves mariñas, tanto as migradoras que pasan polas nosas costas, como as non peláxicas que se meten no interior, en terra».
Para las del primer tipo, cabo Corrubedo, en Ribeira, conforma un pedestal perfecto desde el que otear el paso de diferentes especies de pardelas, entre ellas la balear, la única endémica de España y que cría en las islas de mismo nombre para cruzar el estrecho de Gibraltar y subir bordeando la costa lusa.
Incluso en días de temporal pueden observarse mascatos (alcatraz atlántico) zambullirse en picado en busca de alimento, así como págalos o charranes patinegros -similares a una pequeña gaviota-. Estos son comunes en la costa nacional, pero la ruta de su variedad ártica (de 20.000 kilómetros) también pasa por este cabo, así como por zonas de Carnota y de Muros.
Zonas intermareales
Ferreiro alude a la importancia de las zonas intermareales -la marea sube y baja sin oleajes- y humedales. En Barbanza destaca la ensenada de Rianxo, que se ha convertido en un lugar más idóneo de Galicia para acoger a unos doscientos ejemplares del zampullín cuellinegro e, incluso se ha visto a uno cuellirojo, un tipo más escaso de este pájaro invernante. No es la única curiosidad, ya que de la quincena de águilas pescadoras que pasan por Galicia una de ellas le ha cogido el gusto a la villa de Castelao.
La ensenada también es hogar de garzas, grullas, patos y garcetas blancas, unos pájaros que además pueden ser vistos en Caldebarcos o en el arenal noiés de Testal, donde llaman la atención las gaviotas lloronas, más pequeñas, de patas rojizas y, sobre todo, escandalosas. No todo se fía al mar, ya que en Mazaricos se han visto grullas y bandadas de gansos salvajes, todo un privilegio debido a su embalse.
Las lagunas de Louro, Vixán y Xuño también reciben la visita del aguilucho lagunero. Solo hay 200 parejas de estas rapaces en España. Las intermareales de fango, donde la estrella es Mañóns, albergan grandes grupos de limícolas; aves de patas y picos largos que buscan alimento (lombrices) en zonas de marisqueo. Se tratan de los archibebes, parapitos reales, correlinos y la joya de Barbanza, la píllara das dunas. El 30 % de esta especie se concentra en la comarca.
Aunque el cormorán moñudo (cuervo marino cristado) es la especie más representativa de la isla de Sálvora, su archipiélago cuenta con la mayor colonia de gaviotas patiamarillas. Menos común es que críe y se quede el gavión atlántico -la gaviota nacional más grande- que en la península solo puede verse en zonas bañadas por el Cantábrico.