La náutica deportiva recorta distancia con la profesional en rescates

Ramón Ares Noal
MONCHO ARES RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MONICA IRAGO

El ribeirense Rubén Lijó explicó el operativo de salvamento y dio consejos a los navegantes de vela

01 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hay un ámbito sobre el que debe pivotar toda actividad marítima ese es el de la seguridad, que en gran medida depende de quiénes practican un deporte o ejercen una profesión con el mar como campo de operaciones. Pero hay elementos naturales que repercuten en el nivel de protección personal, como es el propio medio marino o las condiciones meteorológicas, de tal forma que la suma de impericias o imprudencias y los fenómenos inesperados o imprevistos desencadenan situaciones de peligro. Y es ahí cuando se activa un dispositivo que busca rescatar y poner a salvo a las personas.

Para explicar el funcionamiento del operativo, expresamente cuando interviene un helicóptero, el rescatador del Pesca 1 Rubén Lijó ofreció una charla para los alumnos del Ciclo de Técnico Deportivo de Vela del IES Fermín Bouza Brey, abierta al público, en la que informó del dispositivo de salvamento y rescate en Galicia, aclaró dudas y dio consejos a los navegantes sobre la forma de actuar ante una intervención como las que realiza profesionalmente desde hace 15 años.

Despliegue de medios

En primer lugar, el ribeirense señaló que Gardacostas de Galicia cuenta con dos aeronaves, el Pesca 1, con base en Vigo y un ámbito de actuación determinado por el cabo Fisterra y Portugal; y el Pesca 2, con base en Celeiro, y que atiende el resto de la zona marítima comprendida entre Fisterra y Asturias, y con un alcance de 200 millas, aunque esta distancia puede estar comprometida por las circunstancias meteorológicas. A estos dos aparatos se suman tres Helimer dependientes del Estado, dos con base en A Coruña y el tercero, en Santiago, que son más modernos y con mayor autonomía.

Lijó puso de relieve una realidad en el mundo del mar: cada vez hay más actividades náutico-deportivas y menos pesqueras, pero estas últimas siguen siendo mayoritarias en las intervenciones de salvamento, aunque las primeras recortan cada año las distancias en las estadísticas de rescate respecto a las segundas.

Se adelantó a la típica pregunta sobre si se cobran los rescates, y concretó que están regulados y tienen un coste de 2.500 euros, pero a la hora de gravarlos se tiene en cuenta si existió negligencia o picaresca, y la casuística del incidente, y se hace para que la gente tome conciencia de la responsabilidad, tanto por el coste que supone poner en marcha el operativo como por el hecho de que mientras se atiende uno puede darse el caso de que exista otro más grave sin asistencia.

El rescatador desveló cuestiones típicas que llaman la atención cuando se efectúa un rescate con una aeronave y, por ejemplo, sobrevuela la zona y no para. Lo que hace, en realidad, es alejarse tres millas para iniciar la maniobra de acercamiento con seguridad. Recomendó a los practicantes de actividades náuticas de recreo o deportivas tener siempre un plan be cuando se sale al mar, por si falla el sistema principal de propulsión; ir provistos de aparatos de comunicación, incluso una radiobaliza personal; chaleco salvavidas y, o, neopreno.

Eslinga y cable

A la hora de intervenir, Rubén Lijó explicó que el elemento más rápido y útil que usan es una eslinga, que porta el rescatador cuando desciende del helicóptero y pone a la persona que está en problemas; y aconsejó que, en caso de verse en una situación de salvamento, no se toque el cable que baja de la aeronave antes de que entre en contacto con el mar, porque, de lo contrario, se sufrirá una descarga de la electricidad estática, que no es mortal, pero sí molesta.

En cuanto a intervenciones con veleros, Lijó detalló, incluso con vídeos, lo dificultosas que son por los palos, obenques, cabos y demás elementos del barco, y como es recomendable que, en caso de rescate, los tripulantes se vayan arrojando al mar de uno en uno a medida que estén a salvo en el helicóptero, para evitar perderlos en medio del oleaje. También aconsejó llamar al 112 en situaciones incluso dudosas, porque los profesionales tomarán la decisión de intervenir, o no.