Un proyecto de Xunta y Estado llevará Internet a lugares de menos de 300 habitantes
18 dic 2019 . Actualizado a las 17:01 h.Si algo ha quedado patente en los últimos años es el empeño de las distintas Administraciones en poner a disposición del mayor número posible de personas una conexión de Internet digna a través del despliegue de fibra óptica. No obstante, la implantación de esta tecnología, que cuenta con velocidades superiores a los 100 megas, carece de atractivos económicos para las empresas concesionarias a la hora de instalarla en zonas de carácter rural. Por este motivo, la Xunta y el Ministerio de Industria han vuelto a lanzar un plan para este tipo de lugares que permitirá que más de 39.000 vecinos de Barbanza, Muros y Noia tengan acceso a la fibra óptica en el 2021.
Precisamente, el proyecto de los gobiernos autonómico y estatal se centrará en 330 núcleos de la comarca que entran en la denominación de Zonas Blancas NGA, para las que no hay previsión, por parte de las teleoperadoras, de implementar ningún nuevo servicio a tres años vista. En el 2020 se dotará de Red de alta velocidad a 33.000 vecinos de 189 de estos lugares, mientras que en el 2021 serán 6.000 de 141.
Los principales focos
Aunque a raíz de la existencia de diversos contratos con las distintas firmas concesionarias resulta muy complicado determinar los núcleos exactos y el orden en el que se desplegará la fibra óptica, el Ministerio de Industria recoge en su listado aquellos que cumplen las características para beneficiarse de esta serie de actuaciones con mayor preferencia.
En Boiro se correspondería con los espacios de: Abanqueiro, Chancelas, O Chazo, Pedra da Bouza, Quintáns, O Saltiño, San Martiño, Ponte Beluso, Coroño, Aldea de Arriba, Cariño, Esteiro o Nine. En Carnota: Mallou, Pedrafigueira, Lira, Miñarzo o Quilmas. En Lousame son susceptibles: Camboño, Quintáns, Aldea Grande, Merelle o Pousada; mientras que en Mazaricos se trataría de: Asenso, Pino de Val, Pazos o Sanfoga.
En el municipio muradano tienen más papeletas: Pendente, Solleiros, Campo das Cortes, Valdexería, Portugalete y A Retorta. En Noia: Sobreviñas, Carracido, Orro, Ousoño, San Breixo y A Portela. Outes también entraría con lugares como Cando de Arriba, Serantes, Tavilo y Roo.
En el caso sonense: Abuín, Vilar, Beneso, Campanario, Freixedo, A Silva, O Curro, Carballosa, Seráns y Maroño; mientras que en el rianxeiro: As Miráns, Traba, Os Xens, Somoza, Montegrande, A Vacariza, Quintáns y Fachán. En Ribeira se trataría de Sirves, Olveira y A Graña. Y en A Pobra de: Mirandela, Castro, Lesón, Crocha y A Lomba.
Un total de cuatro polígonos de la zona disponen ya de redes ultrarrápidas
El Plan de Banda Larga de la Xunta también ha permitido dotar de redes ultrarrápidas -más de 350 megas- a 81 polígonos industriales de Galicia. De la zona se han beneficiado los parques empresariales de Té (Rianxo), Augalevada (Noia), A Tomada (A Pobra) y Ventín (Muros).
No obstante, de momento no ha trascendido si los restantes de la comarca, Ribeira y Boiro, se beneficiarán de la próxima fase de esta actuación.
La instalación del cable aéreo aceleró la implantación de la tecnología
Una de las claves que han contribuido a acelerar el despliegue de la fibra óptica es que ya no se está realizando únicamente de forma soterrada, sino que se apuesta por llevarla por vía aérea, en el propio tendido por el que discurre el cable telefónico. Así, su instalación en una calle puede solucionarse en dos días.
Un servicio imprescindible para avanzar
Puede que una parte de la sociedad no le de la importancia que tiene, pero contar con una cobertura de fibra óptica se ha convertido en un servicio imprescindible en la actualidad. Más allá del uso personal, entendido como ocio, los vecinos tienen derecho a contar con una conexión de velocidad digna con la que realizar sus trámites administrativos. Además, en el plano empresarial y económico se trata de un factor clave para poder desarrollar proyectos en zonas de carácter rural y fijar población.