Unas 120 personas aplaudieron el trabajo de la primera presidenta que tuvo el colectivo de mariscadores
14 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Fue la primera presidenta de la asociación de mariscadores de Noia, defendió sus derechos a capa y espada, y organizó el trabajo del colectivo durante casi una década, lo que le valió para ganarse el respeto de un sector que es crucial en la economía local. Por todo eso y más, Elena Batalla Tubío recibió un gran homenaje hace unos días, en el marco de una comida que tuvo lugar en el Pazo do Tambre, donde se dieron cita unas 120 personas.
Marisol Amado Tajes, la actual presidenta del colectivo de mariscadores, fue la encargada de organizar la cita. Tenía claro que era una deuda pendiente: «Ela montou a agrupación de profesionais a pé e loitou moitísimo polo sector. Ten un carácter forte que empregou para defender os nosos dereitos».
Además de con una fuerte carga de emoción, Elena Batalla se fue del homenaje con dos obsequios: un tremendo ramo de flores y una medalla de la Virxe do Carme, que cogió entre las manos con un cariño especial, como trabajadora del mar que fue durante buena parte de su vida.
El patrón mayor, Santiago Cruz, quiso tomar la palabra para agradecerle su incansable esfuerzo: «Foron oito anos cruciais para o marisqueo de Noia, pois ela fixo moito por este sector». Recordó como trabajó, codo con codo, con Elena Batalla, organizando el trabajo y realizando muestreos: «Para min foi un auténtico honor».
Incluso un mariscador leyó un poema compuesto para la homenajeada.
Más reconocimientos
Ella fue la gran protagonista de una comida que contó con la asistencia de la directora xeral de Pesca, Susana Rodríguez, pero no la única. Y es que siete mariscadoras que han decidido emprender la etapa dorada de la jubilación también recibieron, como recompensa, un ramo de flores y el cariño de todos los presentes. El mismo obsequio le fue entregado por la propia Marisol Amado a la presidenta del colectivo de mariscadores de Muros, con la que reconoció que trabaja estrechamente, y a Manola, una profesional que sufrió un ictus recientemente mientras desempeñaba su trabajo en la playa.