Tolerancias

Estevo Silva Piñeiro SOSPECHOSO HABITUAL

BARBANZA

18 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta semana se ha debatido en redes sociales, bares y hogares sobre el fenómeno Vox. Conozco a varias personas que han invitado a irse de sus círculos virtuales a quienes han votado al partido ultra y a otras que se han indignado ante lo que creen un gesto de intolerancia hacía la libertad de pensamiento de los demás.

Llegados a este punto, permítanme que les hable de la conocida Paradoja de la Tolerancia, del filósofo Karl Popper. Este pensador, una de las mentes mas preclaras del siglo XX y nada sospechoso de ser bolchevique -era un declarado demócrata liberal-, esgrimió esta teoría en su libro La sociedad abierta y sus enemigos.

¿Debe tolerar una sociedad tolerante a los intolerantes? Popper asegura que no. Y aquí precisamente está la paradoja, pues nuestra tolerancia ilimitada podría conllevar la desaparición de dicha tolerancia al aprovecharse los intolerantes de nuestra relajación.

Popper sostiene que todo movimiento que exalte la persecución y la intolerancia debe estar fuera de la ley aunque esto sea una paradoja en sí mismo. Defender la tolerancia exige no tolerar lo intolerable. Supongo que por eso mismo tienen que instarnos desde Europa (otro nido de rojos…) a ilegalizar la fundación Francisco Franco.

Creemos estar a un nivel democrático muy superior al que realmente estamos, y lo mismo sucede con la justicia. Seguimos utilizando nuestras herramientas jurídicas para reprimir en lugar de para construir.

La culpa no es nuestra. No nos han instruido para pensar si no para producir y consumir. A esto hemos llegado en nuestro paraíso de la libertad.