«Roberto Aguado: Si el profesor sabe dónde colocarse, le puede salvar la vida al alumno»

Eres lo que sientes es el nuevo libro de Roberto Aguado, un psicólogo que después de tres décadas trabajando en el ámbito de la intervención clínica ha decidido apostar por la prevención mediante el control de las emociones. Esta obra es el resultado de nueve años de investigación de un modelo educativo propio, al que bautizó como VEC (vinculación emocional consciente), que ha sido aplicado en más de 300 centros escolares de toda España. A través de más de 600 páginas, expone una serie de pautas que, a su entender, pueden contribuir a mejorar la educación de los niños y, por lo tanto, la sociedad del futuro.

-¿En qué consiste ese método VEC?

-El modelo parte de dos estados emocionales: TRAM (tristeza, rabia, asco y miedo) y CASA (curiosidad, admiración, seguridad y alegría), que es en el que tiene que estar un profesor si quiere tener éxito. Si estamos en CASA hay una sintonía entre lo que se dice y lo que se hace. Las personas más perversas, aquellas que tienen la capacidad de manipular, son personas que no transmiten con sinceridad emocional. Nos hemos obsesionado con usar las palabras adecuadas, con hablar con tono tranquilo, pero si estoy lleno de rabia, rechazo o tristeza, aunque aparente estar bien, se va a notar que no es así. No somos lo que decimos ni lo que hacemos, somos lo que sentimos.

-¿Dirige todas estas pautas de actuación al ámbito de la educación en exclusiva?

-Se puede traspasar a otros sectores como el empresarial, pero lo que está claro es que los profesores tienen que ser un ejemplo para sus alumnos, que son el futuro de esta sociedad. Son los primeros que no pueden ser unos hipócritas emocionales.

-¿Cómo se aplicaría ese modelo al día a día en el aula?

-Primero, en el aula, el profesor tiene que estar sano y la rigidez emocional es sinónimo de enfermedad mental. Por contra, el sinónimo de salud mental es la flexibilidad emocional. Si los maestros están continuamente en TRAN acaban enfermando.

-Parece que responsabiliza casi por completo a los profesores de la educación de los niños...

-Está claro que la batuta en el aula la lleva el maestro y tiene que saber los niños que tiene y como son sus padres. A unos les puede enseñar una asignatura, pero a otros les tiene que enseñar primero a convivir. Los maestros son salvadores de vidas. Si el profesor sabe donde colocarse, le puede salvar la vida al alumno. Hoy en día los niños aprenden más con los tutoriales de YouTube que en el aula. Si un niño tiene problemas personales y el profesor, como referente, se coloca delante con emociones, le puede salvar. Solo tienen éxito aquellos alumnos que están en CASA. ¿Por qué el fracaso escolar es mayor en niños superdotados, entre los que afecta a un 40 %? Porque los infradotados no tienen esa presión y con esfuerzo consiguen sus metas. La variable no es el nivel intelectual, sino el emocional. Quien estudia desde la ilusión, la curiosidad y la alegría tendrá un perfil académico más interesante y los maestros tienen que potenciar este perfil.

-¿Cuál es el papel de los padres?

-El mismo, pero es más difícil de desempeñar. Aguantar el tirón ante determinadas situaciones familiares es duro, por eso incido en el papel de los maestros. Como no quiero un piloto o un cirujano que trabajen desde el estado TRAN, tampoco quiero un profesor.

-¿Cuál es el detonante del éxito o del fracaso escolar?

-El 74 % del éxito depende de lo que ocurre en el colegio. Y de ese primer porcentaje, el 62 % tiene que ver con el clima que hay en el aula y ese buen ambiente, ese estado CASA, lo tiene que conseguir el profesor. Por suerte, solo el 26 % del éxito depende de lo que ocurre en el hogar, porque si este porcentaje fuera más elevado, el problema tendría una solución mucho más difícil. La escuela es el laboratorio en el que se forma a las personas.

Próxima charla. Roberto Aguado ofrecerá una conferencia el próximo jueves en el teatro Elma pobrense a las 19.00 horas. Está promovida por las AMPA Cadreche y Pilar Maestú.

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