¿Y si fuera Venezuela?

Estevo Silva Piñeiro SOSPECHOSO HABITUAL

BARBANZA

28 oct 2019 . Actualizado a las 16:54 h.

El pasado viernes, más de un millón de chilenos salieron a las calles de Santiago a protagonizar la marcha más grande que se recuerda. Tras días de protesta hay al menos 19 muertos reconocidos por la fiscalía; más de seiscientos heridos e incontables denuncias contra los carabineros y militares por violación de los derechos humanos, incluidas 12 agresiones sexuales. La mecha la prendió una subida de los precios del transporte. Una nueva subida, como siempre pagan los de siempre. Un nuevo obstáculo; una nueva dificultad para dormir. Otra más.

El Gobierno, en lugar de escuchar, sacó el Ejército a las calles. Pero el pueblo no se amilanó. No se dejó sugestionar por los discursos del aparato en los que los llamaban vándalos y violentos y perseveró. A día de hoy el presidente Piñera ha terminado por cesar a todos sus ministros y levantar el estado de excepción para calmar al pueblo y de paso aferrarse al poder. ¿Protestar no vale? No sé si se han dado cuenta, pero estas protestas están ocurriendo en el mundo entero: en Ecuador con la revuelta campesina; en Francia con los chalecos amarillos; en Irak; en la India... ¿Y si fuera Venezuela?

La gente no se lanza a la calle porque sí, lo hace cuando está harta. El neoliberalismo es un parásito, una especie de tenia que devora los recursos sociales para seguir engordando, y aquí, mientras la banca nos sigue debiendo sesenta mil millones, el Tribunal Supremo ha autorizado a Hacienda a poder embargar el salario mínimo inembargable hasta ahora. Una vez más, el poder atizando al más débil. Suspiren, mientras sea gratis.