Las víctimas mortales en accidentes de tráfico en Barbanza se disparan

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA

BARBANZA

ADRIAN González

En lo que va de año, son ya ocho las personas que perdieron la vida sobre el asfalto

12 ago 2019 . Actualizado a las 21:08 h.

A falta de cuatro meses para que finalice el año, este 2019 está siendo especialmente trágico en las carreteras de la comarca barbanzana. La cifra de siniestros mortales se ha disparado en los últimos meses y son ya ocho las personas que se han dejado la vida sobre el asfalto.

Si se hace una media estadística, sale a un fallecido en accidentes de tráfico al mes. Pero la realidad es incluso más cruda que eso, porque seis de las ocho víctimas contabilizadas desde el pasado enero perecieron en tres colisiones frontales. El caso más reciente es el del matrimonio formado por Ramón Cao y Consuelo de la Sierra, naturales de Mazaricos y residentes en A Coruña, que perdieron la vida el pasado día 4 tras chocar contra otro vehículo en la AC-400 a su paso por Outes. El balance podría haber sido mucho peor, puesto que los cuatro integrantes de la familia que viajaba en el otro coche resultaron heridos y uno de ellos tuvo que ser trasladado en helicóptero debido a la gravedad de sus lesiones.

La de los sexagenarios de Mazaricos no es la única pareja que falleció víctima de un accidente de tráfico. Sara Lampón y su novio, Abraham Muñiz, de 28 y 29 años de edad, murieron sobre el asfalto de la AC-305 en A Pobra, a consecuencia del impacto contra un BMW que circulaba en dirección contraria. Fue el 4 de mayo y el accidente causó una gran consternación tanto en la localidad pobrense como en Palmeira, de donde eran los jóvenes.

El tercer siniestro que se saldó con dos víctimas mortales tuvo lugar en la madrugada del 24 de febrero. En este caso, los fallecidos no eran pareja, sino una mujer de 41 años, Evelyn Violeta Greenaway Peña, y su yerno, Heriber Pujols Santos, de 21.

Contra un edificio

El joven era el que conducía el coche y volvía de recoger a su suegra del trabajo en un establecimiento hostelero cuando su coche se empotró contra un edificio en la zona de O Obre. Aunque él fue rescatado del interior del turismo con vida, los equipos de emergencias no pudieron hacer nada por salvarle y murió minutos después.

Las otras dos personas fallecidas en accidentes de tráfico en la comarca este año iban en moto. El accidente más reciente se registró en el municipio rianxeiro el 28 de julio. Un vecino de Valga que viajaba junto a un amigo perdió la vida tras salirse de la vía e impactar contra un poste en la carretera DP-3301, en el lugar de Brión, parroquia de Leiro.

Rianxo fue también escenario de otro siniestro mortal con un motorista implicado. El 6 de abril, el vecino de Asados Cirilo Rodríguez falleció tras colisionar con un vehículo en el lugar de O Pazo.

El 2019 ya es uno de los ejercicios con mayor siniestralidad de la última década

Aunque todavía no se ha acabado, ya puede decirse que el 2019 es uno de los ejercicios con mayor mortalidad en las carreteras de la comarca de la última década. Con ocho víctimas en accidentes de tráfico desde el pasado enero, supera el total de fallecidos en seis de los diez últimos años, e iguala la cifra resultante de todo el 2012.

Desde que comenzó el decenio, el 2010 tiene el dudoso honor de encabezar el listado de los años más trágicos en la red viaria barbanzana, al contabilizarse en sus 12 meses un total de 11 fallecidos. Dos menos se produjeron en el 2016, otro período aciago en las carreteras de la zona, mientras que el 2014 es el ejercicio con el mejor saldo hasta la fecha al registrarse cuatro víctimas mortales en todo el año, todas ellas en un mismo accidente, una brutal colisión en el corredor Brión-Noia.

A falta de que finalice este 2019, en la última década son cerca de 70 las personas que se han dejado la vida sobre el asfalto de Barbanza.

Demasiadas (Sálvora-Opinión)

Cuando se habla de víctimas en accidentes de tráfico, cualquiera cifra que no sea cero es demasiado alta. Cada día se producen miles de desplazamientos por carretera y eso multiplica las posibilidades de sufrir un percance. Es cosa de todos procurar que eso no ocurra, respetar las normas y extremar la precaución para que el número de fallecidos en las carreteras deje de crecer.