La lonja de Ribeira pone en valor el trabajo en el mar y sus productos

Uxía Pérez / a. p. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Personal de la rula hace visitas guiadas en las que explica cómo es la subasta y el proceso que sigue el pescado

31 jul 2019 . Actualizado a las 21:14 h.

La lonja de Ribeira ha puesto al alcance de todo el mundo unas visitas guiadas por sus instalaciones. Mediante estos recorridos, cualquier persona ajena al trabajo en el mar puede conocer el funcionamiento de las subastas y el proceso que siguen las capturas hasta su distribución en mercados o restaurantes.

Los interesados en saber más sobre cómo llegan pescados y mariscos a sus platos, pueden hacerlo gracias a estos itinerarios, que se realizan semanalmente. Hace unos días recalaron turistas procedentes de diversos rincones de España, que tuvieron oportunidad de adentrarse en las instalaciones. De esta forma, la firma que gestiona la rula también fomenta el consumo de los productos del mar. Cada uno de estos recorridos dura unos 45 minutos, durante los cuales se visitan todas las salas y se explican, a su vez, los trabajos que se desarrollan en ellas.

Desde que entra

La ruta sigue el mismo recorrido que el pescado: desde que entra, pasando por las salas de subasta y hasta la zona en la que se prepara para su distribución. Esta lonja es de las únicas de Galicia que cuenta con servicios de limpieza en sus instalaciones. El producto, tras ser comprado por minoristas y grandes empresas, ha de limpiarse antes de llegar a las manos del consumidor.

El guía explica a los visitantes que cada jornada entran en la lonja unos 150.000 kilos producto, aunque las condiciones meteorológicas y otros factores pueden provocar que haya grandes oscilaciones. Pescados y mariscos no permanecen en el recinto más de cuatro horas. La actividad es constante.

De esa mercancía, el 90 % se distribuye por toda la geografía española y un 10 % se exporta. Una de las máximas de sus responsables es ofrecer el mejor producto del mar a los compradores. El encargado de realizar el recorrido también explica que la lonja está adherida a la marca de calidad PescadeRías, una garantía añadida para los consumidores sobre el producto.

La nueva lonja fue inaugurada en el 2017, y fue entonces cuando se comenzó a plantear una nueva forma de visibilizar el trabajo del mar. Mientras la moderna instalación no existía, visitantes, sin organización alguna, entraban en el antiguo recinto para conocer por sus propios medios cómo era la subasta, que tiene mucho tirón entre los foráneos.

Esta circulación de personas resultaba inadmisible, porque las salas rebosaban de compradores pujando por hacerse con el producto y la presencia de curiosos alteraba el desarrollo de la actividad.

Por este motivo, los gestores de la lonja, lejos de querer ahuyentar a los interesados, programaron estos recorridos guiados, en los que además de reivindicar el trabajo del mar, ponen en valor el consumo responsable y de calidad del pescado y marisco.