José Luis Olazábal: «Damos pautas para que una mujer en peligro pueda escapar o pedir ayuda»

Ana F. Cuba VALDOVIÑO / LA VOZ

BARBANZA

CEDIDA

Este funcionario policial imparte cursos de autoprotección y defensa personal

01 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El santiagués José Luis Olazábal Ibars preside la Federación Gallega de Lucha Olímpica, encargada de impartir cursos de autoprotección y defensa personal dirigidos a mujeres, a través de un acuerdo con la Secretaría Xeral de Igualdade y la Academia Galega de Seguridade, de la que es instructor. «Todos los compañeros que damos estas clases somos miembros de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, con conocimientos y formación específica en violencia de género», explica este funcionario policial. La demanda se ha disparado en los últimos años.

-¿Cómo ha evolucionado la demanda de este tipo de cursos?

-Empezamos hace cuatro años con un curso piloto en la academia de A Estrada para ver la predisposición de la gente, vimos que comenzaban a solicitarlos los concellos y fue cuando se produjo el contacto con la Secretaría Xeral de Igualdade. Los primeros fueron hace tres años y dimos 25; en el 2018, 30; y este año tenemos 64. El año que viene esperamos llegar a 100. Si en el 2019 habremos formado a unas 1.200 mujeres, en el 2020 estaríamos ya en 2.000.

-¿A qué atribuye este aumento de las peticiones?

-Ojalá no hiciera falta dar este tipo de formación, pero vemos que hay una necesidad de seguridad y autoprotección, sobre todo entre las mujeres.

-¿Hay algún perfil predominante entre las asistentes?

-Hay mujeres de todas las edades, y así ha sido desde el principio. Desde madres con hijas de entre 16 y 18 años (si son menores no pueden acudir solas), hasta mujeres de 78 años, que participan como las de 20, con el mismo interés. No se enseñan cosas complicadas, sino qué se puede hacer sin necesidad de una forma física determinada.

-¿Qué enseñan en las clases?

-Técnicas muy sencillas de autodefensa, no se trata de sacar el cinturón negro en cuatro días, pautas que permitan ganar un mínimo de tiempo, el suficiente para escapar o pedir ayuda en caso de estar en una situación de peligro, ante una potencial agresión. Nunca buscar el enfrentamiento. Y también procuramos que interioricen cuestiones básicas de seguridad como llevar las llaves en la mano un rato antes de llegar al portal, si vas de noche por una calle oscura; pueden ser una herramienta de defensa y vas a entrar más rápido.

-¿Qué tipo de técnicas?

-Son clases muy sencillas, a base de agarres, golpes y movimientos de distracción, damos pautas para que una mujer pueda escapar o pedir ayuda. Que te den ese minuto, aunque es difícil, a nivel psicológico, no entrar en pánico y mantener la suficiente frialdad para poder hacerlo.

-¿Acuden mujeres que ya han sido víctimas de una agresión?

-Sí, hay mujeres víctimas de violencia de género y también mujeres que pueden haber sufrido una agresión por la calle. Nos encontramos con alumnas que quieren estar preparadas por si un día se ven en un problema y otras que han estado sometidas a situaciones dramáticas y buscan una solución para poder salir si vuelve a darse.

-¿Qué les comentan?

-De todo. Aprendemos tanto como ellas, te cuentan cuál es la realidad. Nosotros somos funcionarios de policía, pero empatizas más con ellas porque te explican los problemas personales, algunas situaciones durísimas. Las sesiones las adaptamos en función de las necesidades, de lo que ha pasado antes cada una. Son muy valientes, algunas son auténticas heroínas ya solo por asistir al curso después de lo que han vivido.

-¿Notan que aumenta la demanda ante casos recientes de mucho impacto mediático?

-Casos mediáticos como puede ser el de La Manada hacen que se sensibilicen más con el riesgo mujeres a las que nunca les ha pasado nada... Pero hay situaciones para las que no hay manera de estar preparada, es una cuestión de supervivencia.

«Hace tres años dimos 25 cursos en Galicia, para este tenemos 64 y en el 2020 serán 100»