La centolla echó el cierre con menos capturas y mejores precios

J.M. Jamardo RIBEIRA

BARBANZA

matalobos

El crustáceo subastado en las lonjas de la comarca superó las 125 toneladas

24 jun 2019 . Actualizado a las 20:08 h.

La campaña de la centolla echó el cierre en las costas gallegas hace unos días. El crustáceo se pone en veda para recuperarse y regresar en el invierno con más brío y fuerza, si cabe. Tras más de medio año en las lonjas, los marineros hacen balance y aunque todo es mejorable, la mayoría de los profesionales están contentos, pues a pesar de que las capturas fueron menores que en la edición anterior, las cotizaciones mejoraron y eso se notó en sus bolsillos. En las principales rulas de la comarca se subastaron entre noviembre del 2017 y junio del año pasado más de 140 toneladas, mientras que en las mismas fechas de la campaña que acaba de rematar los registros fueron de 125 toneladas, por un importe de casi un millón de euros, unos 20.000 menos que hace un año.

En las seis lonjas de la zona donde suele venderse este marisco, en esta edición hubo algo menos crustáceo, pero dejó bastante satisfecho a un colectivo que tiene su actividad más productiva en los primeros meses de apertura, principalmente en noviembre y diciembre.

Una vez más, el motor de las ventas en la zona es sin lugar a dudas la rula de Santa Uxía. La temporada que acaba de rematar pasaron por sus dependencias algo más de 70 toneladas, una cantidad que incluso superó las descargas que se produjeron en O Grove, donde, según la página de la Consellería do Mar, las ventas fueron de 65 toneladas, por lo que el recinto de subastas de la capital barbanzana fue el más importante de la ría arousana, y de las primeras de Galicia, en la venta de este producto.

Menos kilos

Fuentes de la lonja de la ciudad ribeirense señalaron que esta campaña fue algo inferior a la anterior en lo que a kilogramos se refiere pues se contabilizaron unas 12.000 menos, pero «a cotización foi mellor pois mentres nesta ocasión as vendas supuxeron 660.000 euros, o ano pasado contabilizáronse 675.000».

El precio medio de la centolla en Ribeira esta campaña que acaba de finalizar fue de 9,2 euros el kilogramo, mientras que en la edición anterior la cifra no alcanzó los ocho euros. Por otra parte, cabe destacar que el crustáceo más caro llegó a pagarse a 43 euros el kilo, diez más que el año pasado. Desde la rula de la ciudad reconocen que hubo menos cantidad, pero con mejor comportamiento en la subasta.

Una de las principales características de la lonja ribeirense es que cuenta con mucha demanda pues todos los días pasan por sus dependencias más de 200 compradores procedentes de diversos puntos de Galicia, lo que provoca que a la capital barbanzana acudan a vender crustáceo barcos de otros puertos próximos e incluso algunos procedentes de la Costa da Morte.

En los últimos meses, la captura de esta especie se redujo pues la época fuerte suele ser en las semanas próximas a la Navidad. Ahora, la centolla tendrá un descanso de algo más de cuatro meses pues la próxima campaña no arrancará hasta el 10 de noviembre, excepto en Lira, que lo hará en diciembre.

«A xente está bastante contenta de como se desenvolveu a campaña este ano»

Muros es el segundo puerto en importancia en la descarga de centolla en la zona. En este sentido, es destacable que en su puerto se subastaron 45 toneladas, unas cuatro menos que en la edición anterior, según apuntaron fuentes de la cofradía. El patrón mayor, Daniel Formoso, se mostró satisfecho por los resultados pues según indicó, «a xente está contenta de como se desenvolveu a campaña», tanto en lo que se refiere a capturas como a precios.

En términos similares se pronunció el responsable de la entidad marinera de Lira, Mariano Lago. En esta localidad los datos han sido a la inversa, más producto este año que en la anterior campaña pues por sus instalaciones pasaron algo más de seis toneladas, mientras que hace un año no llegaron a los 4.500 kilos.

Mariano Lago destacó además que ellos suelen tener menos jornadas de trabajo pues «nós empezamos a traballar á centola no mes de decembro coa intención de preservala para Nadal, cando é máis cara».