«La clave es que aprenden a competir consigo mismos, no contra el resto»

a. parada RIBEIRA/LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El madrileño está detrás de los éxitos de la marea verde, la cantera del Barbanza Golf Pitch & Putt

16 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Javier Ybarra Sanmartín (Madrid, 1955) es la mente que está detrás de los éxitos de una de las canteras deportivas que más rápido ha despuntado en la comarca, la marea verde, como se conoce en toda Galicia a los jóvenes del Barbanza Golf Pitch & Putt. Con más de cuatro décadas de experiencia y de haber entrenado a profesionales que compiten en el circuito estadounidense, élite de la disciplina, lleva dos años y medio al cargo del proyecto deportivo en el campo de Macenda.

-Háblenos un poco de usted. Lleva el golf en la sangre, ¿no?

-Sí, lo llevo en los genes. Mi padre [Javier Ybarra Aresti] era profesor de golf en Puerta del Hierro. Yo comencé a dar clases con 6 años y a los 17 me hice profesional. Con 19, nos vinimos a Santiago a montar la escuela del Aeroclub Santiago y lo compaginaba compitiendo por toda España hasta que me dediqué plenamente a la enseñanza.

-¿Cómo se explica que en un par de años la escuela barbanzana se haya labrado tal renombre?

-Santi Tarrío comenzó esta escuela con una decena de chicos y ahora ya tenemos cerca de 40. Desde un principio apostamos por introducir una metodología de juegos deportivos, basados siempre en explicaciones con sus respectivas demostraciones, pero los niños cuando de verdad se divierten es cuando compiten. La clave es que aprenden a competir contra si mismos, no contra el resto. Cada uno progresa en base a un hándicap -total de golpes o puntos de un jugador para completar un hoyo- personal y se va marcando retos. Cada día es un poco más complicado y ese aliciente es el que les ayuda a mejorar sus resultados. Por eso les hacemos campeonatos cada dos meses y hay pequeños de 6 años.

-¿Cómo llegan a la primera lección? ¿Es lo que se esperan?

-Vienen un poco confundidos [ríe]. Lo primero que les digo es que el palo es de hierro y peligroso y que dar un golpe a una bola es fácil, lo difícil es colocarla donde quieres. El aprendizaje se inicia con la técnica, tanto del golpe como del correcto agarre del palo. Luego, no hay más secreto que a mayor entrenamiento, mejor juego. Además, seguimos profesionalizando y mejorando la escuela. Tengo un compañero que me está ayudando a implementar más avances técnicos, en el ámbito informático, para la programación del trabajo y evolución de cada alumno.

-¿Qué es lo que ha prendido la mecha del golf en Barbanza?

-Ha sido un cúmulo de cosas, no se trata de mi. Nuestro club está integrado por unos socios que funcionan como una familia, unidos y de gran cordialidad. Por eso apostamos por torneos familiares de padres e hijos. La gerencia apostó por el proyecto desde el primer momento y nos recorrimos centros educativos de Noia, A Pobra, Ribeira y Boiro, y hemos montado carpas con exhibiciones y clases gratuitas.