Abel Lago, el ángel de la guarda de O Ancoradoiro

Jose Manuel Jamardo Castro
j. m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El carnotano, se ha convertido en un auténtico héroe al rescatar a varias personas en el arenal muradano

06 jun 2019 . Actualizado a las 13:22 h.

El carnotano Abel Lago Martínez es uno de los deportistas más laureados de la comarca y un hombre muy ligado al mar. Desde niño siempre estuvo interesado en probar experiencias y deportes relacionados con las olas. Fue un niño precoz y era de los pocos chiquillos que iba a la playa a hacer equilibrios y sortear los vaivenes del mar. Como le decían los vecinos «é o único que vai ao mar e non trae peixes». Su gran afición la convirtió en profesión recorriendo prácticamente todo el mundo para participar en torneos y campeonatos. Conquistó numerosos títulos a nivel nacional tanto en kitesurf como windsurf, e incluso se hizo con un entorchado mundial con la cometa.

Pero la tierra tira y hace unos años regresó a casa y se estableció en la zona. Montó una escuela relacionada con los deportes de las tablas y de las olas en Area Maior, playa que linda con O Ancoradoiro. Por allí pasan centenares de personas todos los años para disfrutar y aprender.

Zona peligrosa

Abel Lago se convirtió en los últimos años en una especie de ángel de la guarda o un vigilante de la playa. La zona, especialmente la de O Ancoradoiro, es bastante peligrosa y muchos bañistas y surfistas pasan apuros por lo que este deportista ya tuvo que intervenir en diversas ocasiones para sacar a más de uno del agua. La última ocurrió precisamente el pasado sábado.

«Chamoume un compañeiro dende Santiago que había unha persoa no Ancoradoiro en apuros. Collín o coche e en menos de dous minutos estaba Vin que era un homaso pois pesaría uns cen quilos. Estaba facendo bodiboard a uns 150 metros da veira. O home estaba gritando, pero nadaba. Entón puxen o traxe de neopreno para ir a buscalo», afirma el responsable de la escuela Abel Lago Watersports.

Cogió su tabla y se fue en su busca: «Cando estaba cerca del eu dicíalle que estivese tranquilo que xa chegaba. O rapaz fixo todo perfecto, deixouse facer».

Picadura de faneca

El rescatador relata que el hombre le iba contando en su regreso a la playa que ese fin de semana tuvo muy mala suerte pues «o día anterior picoulle unha faneca e ese case morre afogado. Polo menos levouno con humor».

Pero lo que más le dolió a este socorrista accidental fue la actitud de la gente: «A praia estaba toda chea de bañistas e non facían nada. Só filmaban co móbil. Cabreoume moito. Nin sequera chamaron a emerxencias. Só vin preocupados aos donos do cámping».

En los cinco años que lleva instalado en Area Maior ya ha vivido varias situaciones comprometidas en las que tuvo que actuar. Hace un mes «tiven que sacar a dous rapaces que facían surf e que estaban en apuros». En una ocasión se vieron obligados, él y varios monitores de su empresa, a intervenir para ayudar a toda la clase de un colegio que se estaban bañando en O Machado y que no podían llegar a la orilla.

Las salidas en busca de surfistas en apuros son constantes por parte de Abel Lago y más aún en unos arenales en los que no hay socorristas. El personal de la escuela hacen a veces de guía e informan a aquellos que se meten en el agua de cómo deben actuar y las zonas que es aconsejable evitar. Aún así, y por si acaso, el ángel de la guarda del arenal estará ahí para cualquier emergencia.

«Hai uns anos sacamos en Tarifa a unhas corenta persoas que viñan en patera»

El deportista carnotano siempre fue muy activo y desde joven tenía claro lo que quería ser. Con solo 16 años se fue a vivir a Canarias para perfeccionar su técnica en navegación y windsurf. En el 2000 se trasladó a Tarifa donde nació su pasión por el kitesurf, modalidad en la que consiguió un campeonato del mundo. Precisamente en esa localidad gaditana Abel Lago ya vivió su primera experiencia como rescatador. «Estabamos practicando no mar e vimos ao lonxe achegarse unha patera, pero cando estaba a uns sesenta metros da praia empezaron a tirar xente pola borda que non sabía nadar. Entre todos colaboramos e rescatamos aos inmigrantes», afirma.

La situación en O Ancoradoiro es distinta. El principal peligro es, según este monitor, la peligrosidad de la zona y también el desconocimiento de los que se meten en el agua sin apenas saber como se maneja una tabla.

Tablas hinchables

En los últimos años los rescates que más abundan son los relacionados con las tablas hinchables que se venden en las áreas comerciales. «Son tan lixeiras que as leva o vento moi rápido e faise difícil volver a terra. Todos os veráns temos un montón de incidentes».

La inexperiencia y el desconocimiento es lo que juega en contra de muchas personas que se aventuran a adentrarse en el mar en las tablas por lo que Abel Lago insiste en que hay que extremar las precauciones antes de «botarse á auga».