En muchas calles de la comarca todavía quedan restos de carteles de las recientes elecciones municipales
02 jun 2019 . Actualizado a las 19:59 h.Una semana después de las votaciones, es difícil que los barbanzanos hayan olvidado las elecciones municipales. En varios concellos de la zona aún está por ver quién será el próximo alcalde, y los candidatos están enfrascados en una carrera de fondo para asegurarse los apoyos necesarios y conseguir el ansiado bastón de mando. Quizás pueda atribuirse a esas negociaciones, o a que algunos cogieron unos días de asueto tras la dura y larga campaña, que en la zona todavía queden numerosos carteles que muestran las caras de los aspirantes a gobernar los municipios durante los próximos cuatro años.
Los concellos habilitaron paneles y zonas especiales para la colocación de la propaganda con la finalidad de que los partidos no se desmadrasen y cumpliesen la ley. Pero, a pesar de las normas y recomendaciones, hubo formaciones a las que no les llegaron las zonas habilitadas y colocaron sus reclamos en lugares indebidos. Algunas cogieron el cubo y el engrudo y se dedicaron a empapelar todo lo que encontraron a su paso. Pancartas, banderolas y todo tipo de reclamos fueron colocados en lugares bien visibles para que los votantes no se olvidaran de la cara del candidato de turno a la hora de elegir la correspondiente papeleta.
La ley es muy clara al respecto, pero no falta quien se la salte a la torera. Aunque ese no es el único problema de la cartelería electoral. Lo peor llega después de las elecciones, cuando la campaña ha pasado pero los ciudadanos siguen siendo perseguidos por la mirada de los candidatos desde los carteles que nadie se molesta en retirar.
Lugares dispares
Viajar estos días por la zona es revivir los comicios porque todavía quedan muchos restos del 26M. Lugares como contenedores de basura o de vidrio, postes y paredes de inmuebles vacíos son sitios en los que siguen presentes las figuras de la mayoría de cabezas de cartel que pelearon por el sillón presidencial de las corporaciones locales.
Prácticamente todos los paneles instalados por los concellos han sido retirados, pero aún quedan muchas sonrisas pegadas y colgadas en lugares públicos o cobijados en instalaciones privadas.
La tarea más fácil fue salir con el cubo y la escoba a cubrir de carteles las calles barbanzanas, pero lo más natural y deseable sería que algunas de esas brigadas se pusiesen el mono de trabajo ahora para retirar la dichosa propaganda.
Contenedores postes y paredes siguen luciendo la imagen de algunos cabezas de lista