Casto Rivadulla: Enganchado a los entresijos del cerebro

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El pobrense pertenece al grupo de investigación Neurocom y tiene entre manos dos proyectos

12 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando a alguien le hablan de una persona que se dedica a la investigación en neurociencia, lo primero que se pregunta es cómo puede acabar especializándose en una disciplina tan desconocida y compleja. Y piensa que, seguro, es una fuerte vocación la que le ha llevado a tomar ese camino. Pero resulta que no necesariamente tiene que ser así, al menos en el caso de Casto Rivadulla (A Pobra, 1969): «Queda bonito dicir que é algo que está aí desde pequeno, pero no meu caso non é así. Acabei dedicándome a isto por unha suma de coincidencias», explica.

A Rivadulla, doctor en Bioloxía por la Universidade de Santiago de Compostela, le interesaba la investigación, y se dio la circunstancia de que en el último año de carrera empezó unas prácticas en el departamento de Fisioloxía de la Facultade de Medicina, donde había un grupo dedicado al estudio del cerebro en el que había una vacante. Ese fue el punto de inflexión: «En 1992 acabei a carreira e fixen a tese sobre o sistema de funcionamento visual. Aí xa tiña claro que a neurociencia era o meu, cando entrei quedei enganchado». A ello contribuyó la coincidencia con un momento en el que se produjeron una serie de mejoras tecnológicas que permitieron unos avances en la investigación hasta entonces inimaginables.

Paso por EE. UU.

Así que, desde los años 90, además de impartir clases en la Universidade da Coruña, a donde llegó después de pasar dos años en Estados Unidos, en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), se dedica a desentrañar los entresijos del cerebro. Su disciplina pretende poder entender el funcionamiento de la materia gris y, aunque puede parecer un territorio insondable, no lo es tanto: «Hai avances espectaculares, algúns aínda non se trasladaron á sociedade, pero son moi importantes. En realidade, sábese moitísimo sobre como funciona o cerebro, outra cousa é que sexa tan complicado o que sabemos que non sexamos quen de meterlle man e de aplicalo en buscar solucións aos problemas».

Y en este punto surge la pregunta sobre la aplicación práctica de las investigaciones que lleva a cabo Rivadulla dentro del grupo Neurocom, de la universidad coruñesa y el Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña. En su caso, tiene entre manos dos proyectos: uno sobre los mecanismos de la atención, es decir, intentan saber por qué prestamos atención a determinados estímulos; y otro sobre el tratamiento de la epilepsia. Explica que, desde el punto de vista investigador, el primero tiene «máis chicha», pero es el segundo el que quizás despierta más interés fuera del laboratorio: «A xente ve unha aplicación, unha utilidade clara. Pero ás veces fanse cousas importantes aínda que non teñan unha utilidade clara inmediata, igual si a teñen dentro de dez anos. A investigación é unha carreira de fondo».

Por eso hace bandera de la investigación básica, «porque é a partir dese coñecemento onde poden xurdir as ideas, podes descubrir que o que estás estudando vale para algo. Se non coñeces algo, dificilmente vas poder solucionar problemas. O coñecemento é a base de todo», insiste el pobrense.

Tiempos distintos

Reconoce que las urgencias para encontrar solución, por ejemplo, a dolencias asociadas al sistema nervioso no casan con los plazos que se manejan dentro de un laboratorio: «Os tempos son os que son para nós, desde que comezamos a traballar en algo ata que iso chega a probarse nunha persoa hai moitos pasos de por medio. Iso provoca moitos debates sobre en que momento podes aplicar nun paciente algo que pode tratar unha patoloxía sen saber moi ben como funciona e que efectos pode ter». A ello hay que añadir los tiempos de las Administraciones, que tampoco son los mismos, y eso se traduce en la merma de los recursos dedicados a la investigación.

Casto Rivadulla es muy crítico en este sentido: «Desde o 2008 o investimento caeu de forma brutal, temos laboratorios e equipos que están parados porque non temos persoal. O problema da ciencia é que é un proxecto a longo prazo e a visión que teñen os políticos non vai máis alá dos catro anos que gobernan. Non hai recursos para investigación».

Con todo, y a pesar de las dificultades, tiene claro que lo que le apasiona es la investigación: «O que me gusta é estar no laboratorio descubrindo cousas novas». Puede que, después de todo, lo suyo sí que sea vocacional.