La casa de un creador universal y una parte de Viana do Prior

Antonio González DIRECTOR MUSEO VALLE-INCLÁN

BARBANZA

21 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Al poner en venta Villa Eugenia no solo se pone en venta un inmueble, entra en el mercado inmobiliario un hito valleinclaniano de ámbito superior. Por responsabilidad y cariño a esta tierra, no es una circunstancia que deba dejarnos indiferentes. Villa Eugenia es un referente en la biografía de Valle-Inclán, genio y figura de las letras en la literatura mundial. Lo que entra en almoneda es un símbolo para la cultura y para Galicia, con interés especial para A Pobra.

Es un edificio trazado siguiendo aquellas modélicas ordenanzas municipales de urbanismo de 1879, supervisadas por Faustino Domínguez, primer arquitecto de la Diputación coruñesa. Su origen está en relación con el matrimonio de Antonio Abal Hermo y de Eugenia Neyra y Gasset, a quien debe su nombre. Cuando el doctor Abal se traslada a Santiago para ejercer la dirección del gran Hospital, la familia Valle-Inclán decide abandonar el casal de A Mercé por esta finca urbana. Esto sucede entre la primavera de 1921 y el invierno de 1925.

A Villa Eugenia llegan Valle-Inclán y Josefina Blanco Tejerina, su esposa, que en A Pobra fueron padres de cuatro de sus seis hijos. Dos de ellos nacen precisamente en esta casa, Jacobo Baltasar Clemente (1922), el futuro pintor Jaime, y Ana María Baltasara (1924), bautizados en Santa María a Antiga do Caramiñal. Hermanos de Carlos Luís Baltasar (1917), el futuro marqués de Bradomín, y de Encarnación Beatriz Baltasara (1919), alias Mariquiña, nacidos en A Mercé.

En esta villa viven alternándose con las estancias del escritor en Madrid y Navarra. Aquí es donde don Ramón recibe la invitación diplomática para asistir al centenario de la República de México (1921), cuando emprende el más célebre de sus viajes trasatlánticos por América. Aquí se reúne con Victoriano García Martí, para escribir, leer, reflexionar, según declara aquel en el ensayo De la Felicidad (1924). Desde aquí viaja por Galicia, en 1925 a Mondariz, para participar en la constitución de la Sociedad de Amigos de Galicia (1925), junto a Ramón Cabanillas y Enrique Peinador, entre otros; y a la Costa da Morte, en plena promoción de la Galicia atlántica y épica. En Villa Eugenia fueron escritas obras tan actuales como La cabeza del Bautista, o el Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte, y títulos cumbre de la literatura, como son la versión definitiva de Luces de bohemia y Tirano banderas. Textos que surgieron aquí como aguas frescas que manan de una tierra de fértil inspiración para ser anotadas sobre cuartillas. Libros claves para la renovación de los géneros del teatro y la novela contemporáneos.

Villa Eugenia ha sido la casa de un creador universal. Por real decreto 249/1976, de 9 de enero, se declaran monumento histórico-artístico de carácter nacional las residencias valleinclanianas mejor documentadas entonces: la torre de Bermúdez, el pazo de O Cuadrante en Vilanova da Arousa y el de Rúa Nova en András. Desde 1983, en A Pobra amenaza con desplomarse la vergonzosa ruina de A Mercé. Villa Eugenia no debe caer ahora en las garras de una especulación que consienta otra ofensa zafia y sin miras. A Pobra se juega algo más que imagen pública y tópicos en este proceso.

Una localidad debe de fijar sus prioridades. Si A Pobra aspira a ser reconocida por nuevos públicos, a recobrar su vitalidad como centro de un turismo cultural y sostenible, a entrar en la dinámica comunitaria de las villas literarias del país, desde las administraciones públicas competentes para gestionar el interés general conviene decidir. Recordemos, por no ser prolijo enumerando los periodistas nacionales y extranjeros que se acercan hasta la rúa San Roque, como hace noventa años era la norteamericana Ruth Matilda Anderson quien retrataba con su cámara Villa Eugenia, donde vivía el escritor.