Dicen que lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se acaba, y lo cierto es que este parece ser el leitmotiv de nuestra oferta turística, que comienza con un viernes de dolor, pero pensando en un domingo de Pascua, sin más estrategia que la que marcan los pasos de Semana Santa desde que se desempolvan hasta que los vuelvan a cubrir. Y otro año comienzan los hosteleros su via crucis mirando de soslayo al cielo y al cajón.
Una vez más empleamos una táctica sencilla para salir adelante, esta vez las celebraciones litúrgicas marcan la pauta, para conseguir nuestro objetivo: atraer clientes. Pero seguimos bastante lejos de la estrategia que posicione a una comarca como Barbanza como destino turístico, porque la estrategia conlleva un plan a largo plazo, elaborado sin prisas, marcando objetivos, fijando metas reales, perseguido con tenacidad.
Un plan global en el que todos los agentes turísticos remen en la misma dirección con un mismo producto por bandera y, sobre todo, con imaginación, esa que solo despierta cuando las dificultades llaman a nuestras puertas, que busca soluciones a los mayores problemas, y que nos ayudará a alcanzar un objetivo global cuando lo que se pretenda sea vender un destino y no un hotel ni un restaurante, porque lo que se busca es el trabajo conjunto y no el penar en una eterna Semana Santa donde la mejor baza la juega el tiempo y el peor parado, como de costumbre, es el empresario hostelero que aguarda paciente.
Pasar de la atonía al protagonismo en el mercado turístico no es imposible, al contrario, es necesario para poner en marcha los motores económicos de nuestros pueblos y de nuestras ciudades, no nos van a dar nada hecho y lo mejor, eso seguro, siempre está por llegar si conseguimos fijar una oferta adecuada al entorno, trabajando en nuevos proyectos atrayentes y con continuidad, que sigan la estela de la demanda global, de las tendencias y de los nuevos perfiles del consumidor.
Pasemos de una campaña concreta a un plan global, de una táctica a una estrategia, que nuestra brújula tenga la misma dirección para lograr más domingos de Pascua.