La falta de recursos sitúa a la cofradía de O Pindo cerca del cierre

Jose Manuel Jamardo Castro
j. m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

Portos prohibió a la entidad alquilar dos bajos que le suponían unos ingresos para pagar los gastos

02 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La parroquia carnotana de O Pindo lleva muchos años en una imparable línea descendente en lo que a número de residentes y servicios se refiere. La falta de trabajo y de expectativas provocó que la emigración se convirtiese en su principal fuente de ingresos. Muchas familias buscaron un futuro mejor en otros lares pues en la zona no había donde poder defenderse. El declive se ve incluso en una institución que fue referencia en la localidad, la cofradía de pescadores, que si nadie lo remedia, puede desaparecer pronto debido a la falta de ingresos y también a la burocracia, pues Portos de Galicia le impide alquilar dos locales que posee en las instalaciones y que hasta ahora eran su principal pulmón económico.

O Pindo siempre se significó por su carácter marinero y una gran tradición de expertos pescadores. En los últimos tiempos, los ingresos de los vecinos fueron mermando y la mayoría optaron por dar la espalda al mar y hacer la maleta. La caída poblacional es espectacular. En el año 2000 había censados 846 habitantes. El año pasado esta cifra cayó hasta los 561.

La cofradía es una de las pocas entidades del lugar que aún se mantiene en pie y que ofrece sus servicios a los vecinos. Estos además utilizan a sus trabajadores para que les ayuden a realizar todo tipo de trámites administrativos por lo que su desaparición sería un auténtico quebradero de cabeza para los residentes. «O pobo está practicamente morto. Apenas hai nada. Incluso a veces non temos onde ir tomar un café», explicaba un vecino.

Edificio multiusos

El inmueble del pósito fue construido hace muchos años. Antes de la Guerra Civil, señalan. Fue sede del Instituto Social de la Marina (ISM) y escuela. Incluso se comenta por el pueblo que en sus instalaciones se produjeron fusilamientos, según la secretaria de la entidad, Mercedes Díaz Mayán.

Poco a poco, los ingresos de la entidad marinera se fueron reduciendo de forma considerable. En la actualidad el presupuesto anual es de unos 62.000 euros para hacer frente a gastos de todo tipo, incluidos los dos trabajadores que tiene en este ejercicio.

La mayor parte de los ingresos proceden de los socios y colaboradores. También de los cursos que organizan y de las fiestas gastronómicas que celebran. Mercedes Díaz destacó: «Temos que recorrer a todo tipo de actividades para intentar manter a confraría a flote, pois carecemos de axudas oficiais. Un dos principais ingresos que tiñamos era o aluguer de dous locais que temos no baixo, pero agora Portos xa nos dixo que non pode ser porque a nosa é unha entidade sen ánimo de lucro, e ademais que agora lles pertence despois dun litixio que nos puxeron e iso que o edificio fixérono os veciños cos seus cartos».

Ayuda de la Diputación

La trabajadora de la entidad agradeció la ayuda que reciben de la Diputación pues con ese dinero «pagase parte do meu soldo».

La entidad tiene que apretarse el cinturón e incluso cuando es necesario dar una mano de pintura recurre a la colaboración de a los afiliados. Lo socios protectores son su mejor aval: «Temos uns 80 que pagan unha cota pequena». Pero también tienen otros miembros de la entidad, entre ellos «algúns bateeiros de Boiro aos que lle estamos moi agradecidos», comentó la representante de la entidad marinera.

La situación ha sido puesta en conocimiento de la Consellería do Mar para que les eche una mano pues, en caso contrario, «quédanos moi pouco tempo xa que teremos que pechar a porta e non poderemos prestar un servizo social tanto aos mariñeiros coma aos veciños».