Laura González: La pobrense que sigue el rastro a los cetáceos

María Xosé Blanco Giráldez
M.X. Blanco RIBEIRA

BARBANZA

MARCOS CREO

Investiga desde las Azores la forma de vida y los procesos migratorios de delfines y ballenas

24 mar 2019 . Actualizado a las 08:51 h.

Como casi todo aquel que nace en una localidad marinera, la pobrense Laura González García se quedó prendada del olor del agua salada y del rugir de las olas cuando era solo una niña. El remo y el buceo la ayudaron a satisfacer sus ansias de estar en contacto con el gigante azul durante la infancia, pero a medida que fue creciendo, el cuerpo le pidió más. No dudó en hacerse bióloga marina y hoy los cetáceos constituyen su campo de investigación. Incluso ha emprendido un proyecto de ámbito internacional.

Desde Santiago, donde se licenció, Laura González dio el saltó al corazón del Atlántico, fijando su residencia en las islas Azores. Allí cursó el último año de su carrera en el marco de un programa de Erasmus y pese a que regresó a Galicia, concretamente a Vigo, para completar dos másteres, uno en Oceanografía y otro en Biodiversidad y Ecosistemas, el archipiélago portugués ejerció de imán y la pobrense se rindió a sus encantos.

Definiendo el camino

Tomando como referencia su primera estancia en Azores, en Vigo había emprendido la aventura del doctorado a través de una investigación sobre las ballenas y los delfines del Atlántico, así que regresó a las islas para completar el trabajo de campo. Allí forma parte de la plantilla de Futurismo, la empresa más importante de la zona en lo que a observación de cetáceos se refiere. La pobrense echó mano de la base de datos de la firma, en la que hay valiosa información recogida desde el año 2008, que ella también alimentó con su labor.

Y a partir de ahí elaboró una tesis doctoral que hace unos días defendía en Vigo: «Es un estudio sobre las ballenas y los delfines de las Azores, sobre cuándo y dónde se ven con más frecuencia y cuáles son las condiciones ambientales que les afectan». Laura González llegó a la conclusión de que las Azores tienen una oceanografía muy dinámica y que es el alimento que hay alrededor de las islas el que atrae a las diferentes especies de cetáceos.

Pese a haber concluido su primer objetivo al presentar la tesis, la pobrense tiene claro que, de momento, su hogar estará lejos de Barbanza. Actualmente es la coordinadora del equipo de investigación de Futurismo, una labor que compagina con la de guía turística: «Salgo todos los días al mar y enseño a los visitantes los animales, incluso nadamos con ellos». Aprovecha estas rutas para seguir recogiendo información sobre la vida de ballenas y delfines, fijándose en su posición, las características y el comportamiento. Incluso fotografía cada ejemplar y cada grupo para tenerlos identificados. En ocasiones, la madre naturaleza le concede un premio extra por su esfuerzo: «A veces vemos orcas y hace unos días apareció la primera ballena azul del año. Incluso es posible presenciar nacimientos».

Su estancia en el archipiélago luso ha permitido a la investigadora barbanzana comprobar que, por causas que todavía están por determinar, se está produciendo un cambio de tendencia: «Vemos, por una parte, que la población de determinadas especies está en aumento y, por otra, que están apareciendo ejemplares poco habituales en la zona, como es el caso del rorcual tropical, una ballena de grandes dimensiones que se pasó allí tres meses».

Un gran reto por delante

Contenta con el trabajo que está llevando a cabo, Laura González sueña con desvelar las causas que provocan las migraciones de las grandes ballenas. Asegura que los patrones que se barajaban hasta el momento están en discusión y quiere contribuir a poner sobre la mesa otros más fiables y probados. Para ello, ha puesto en marcha el proyecto Sail&While que, a través de una página web, permite registrar los avistamientos que se producen en cualquier parte del mundo. La plataforma cuenta ya con más de 600 entradas, la mayor parte del Atlántico, pero también hay alguna procedente del Pacífico y del Índico.

La pobrense tiene muchas esperanzas puestas en este nuevo reto: «Tuve la suerte de encontrar a personas clave, que me están ayudando mediante el registro de avistamientos desde diferentes puntos». Se ve, por lo menos a medio plazo, dando continuidad a sus facetas como investigadora y guía turística: «Quedarme con ballenas y delfines suena bien por ahora».