La reserva de pisos turísticos se adelanta por la caída de la oferta

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

En las últimas semanas se dispararon los contratos del alquiler para el mes de agosto

20 mar 2019 . Actualizado a las 21:16 h.

Si hasta hace unos años los veraneantes que acudían a pasar sus vacaciones a la comarca alquilaban sus pisos a lo largo de los meses de abril y mayo -normalmente una vez pasada la Semana Santa-, en este 2019 se ha producido un cambio muy significativo en este calendario y desde finales de febrero se han disparado las solicitudes para poder reservar las viviendas turísticas. Las inmobiliarias, y también los particulares, no han parado de recibir llamadas en las últimas semanas, un adelanto que muchos profesionales consideran que viene derivado de la normativa que regulariza las viviendas turísticas y que ha provocado una reducción en el número de inmuebles que se ofertan.

«Como ahora es obligatorio registrar los pisos para el verano, hay mucha gente que no quiere hacerlo, y por eso hay menos inmuebles en el mercado para ofrecer a los veraneantes. Esto provoca que la gente se apure antes para reservar una vivienda», explica Eva Triñanes desde una inmobiliaria boirense. A esto se une que normalmente toda la demanda se concentra en el mes de agosto, por lo que pronto se agotan todas las opciones para veranear ese mes. 

También en A Pobra han constatado este interés por alquilar ya en marzo los pisos para el verano. «Hay gente que ya empezó a preguntar en diciembre, e incluso ya se hicieron algunos contratos en enero. Yo creo que lo normal sería comenzar a reservarlos ahora, porque luego es muy tarde», destacó una profesional pobrense. De hecho, esta también es una de las razones que explica que se adelante el plazo para arrendar los pisos, puesto que en mayo el 90 % de las viviendas turísticas ya están alquiladas para agosto.

Solicitudes

Ese mes continúa siendo el preferido por los veraneantes que suelen concentrar en él las vacaciones. Por eso, aunque también hay peticiones para la última quincena de julio, agosto es el que más solicitudes concentra. Debido a esta gran demanda, también es más caro, «unos 100 euros más», apuntan desde una inmobiliaria de la capital barbanzana, una cifra que también barajan en el resto de la comarca.

Por norma general, un piso para disfrutar las vacaciones de verano en Barbanza suele rondar los 1.200 o 1.400 euros, «aunque todo depende de la situación y del estado del inmueble», apuntan desde este mismo negocio ribeirense. El coste de las casas suele ser un poquito superior, entre 100 o 200 euros, pero hay que tener en cuenta también la localización.