Una treintena de barbanzanos rompieron sus órdenes de alejamiento durante el 2018

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El número se ha incrementado y ya supera al de otras comarcas gallegas

01 mar 2019 . Actualizado a las 12:14 h.

El problema de la violencia machista va en aumento y también las medidas que se ponen para intentar frenarla. Las órdenes de alejamiento dictadas por los jueces para que los maltratadores no se acerquen a sus víctimas no siempre son una solución que garantice su seguridad, ya que en muchos casos, los denunciados deciden incumplirlas. De hecho, durante el año pasado, los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional de Ribeira tramitaron más de una treintena de denuncias contra barbanzanos que quebrantaron esta pena privativa de derecho.

Además de ser una cifra que va en aumento en los últimos años, es especialmente significativa si se tiene en cuenta que en toda la provincia de Pontevedra se detuvieron o investigaron a 89 individuos por este asunto, mientras que en la comarca de O Salnés -que tiene una población similar a la barbanzana- la cifra se quedó en 14.

Atendiendo a las circunstancias de cada caso, las órdenes de alejamiento obligan a los imputados a permanecer entre 100 y 500 metros alejados de sus víctimas, acercarse a su domicilio, centro de trabajo o cualquier lugar que frecuenten habitualmente, como gimnasios o determinados espacios públicos. Esta medida también implica la prohibición de comunicarse con ellas, es decir, ni verbalmente, ni hablar por medio de terceras personas que pudieran hacer de mensajeras, ni tampoco a través del teléfono o las redes sociales.

Precisamente, las nuevas tecnologías -a través de las aplicaciones denominadas espías- permiten que muchos de estos barbanzanos con órdenes de alejamiento puedan controlar los movimientos de sus antiguas parejas, según apuntaron desde los distintos cuerpos de seguridad, que también constataron que normalmente las detenciones se suelen producir porque los denunciados se encuentran merodeando la vivienda o el lugar de trabajo de sus víctimas.

Familiares delatores

Aunque cada vez hay menos miedo a denunciar, principalmente las mujeres víctimas de violencia machista, también es verdad que en muchos casos son los propios familiares los que alertan a los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional de que se ha quebrantado las medidas de acercamiento.

«Cada situación es diferente, y hay muchas mujeres que han sufrido tanto con el proceso judicial que prefieren no volver a pasar por la experiencia y deciden no denunciar si su expareja se acerca demasiado. También suelen ser casos donde, en principio, su vida parece que no corre peligro», apuntó el abogado Guillermo García.

Por otra parte, desde los cuerpos de seguridad recuerdan que no son solo las víctimas de violencia las que tienen órdenes de alejamiento, sino que muchas veces también se dictan en casos de problemas entre familiares, vecinos o compañeros de trabajo.