La primera consecuencia de esta falta de personal es la imposibilidad para poder hacer turnos, ya que no hay gente suficiente para trabajar a todas horas. En muchas policías locales ya han dejado de patrullar durante las noches y los fines de semana porque es imposible conseguir tener a dos agentes disponibles, y los auxiliares siempre tienen que ir acompañados. Además, muchos miembros de este cuerpo de seguridad están destinados a tareas administrativas o de segunda actividad, por lo que con ellos ya no se puede contar para prestar servicios de seguridad ciudadana.
Algo similar ocurre en la Policía Nacional, donde muchas veces tienen dificultades para poder tener una patrulla en la calle las 24 horas del día, según apuntan desde el sindicato SUP, que reconoce que, «ya que no refuerzan las plantillas, que aumenten los servicios extraordinarios con el abono de pagas extras».
Los cuarteles
En la Guardia Civil, la escasez de personal se traduce en que, en muchas ocasiones, no pueden tener abiertos todos los cuarteles, puesto que el personal en activo lo destinan a las patrullas de vigilancia. «Hay que destacar la profesionalidad de los agentes, que pese a contar con menos efectivos siguen prestando el mismo servicio, aunque en ocasiones tarden un poco más en llegar», destacaron desde un sindicato del instituto armado.