El arte de navegar

José Vicente Domínguez
José Vicente Domínguez LATITUD 42°-34?, 8 N

BARBANZA

26 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace años, tantos ya que ni me acuerdo, mientras navegaba en un patache con bandera de Panamá, cayó en mis manos un pequeño libro inglés que se titulaba The art of navigation. En ese breve tratado sobre normas para una navegación segura, podía leerse en primer lugar una advertencia: «One thing is to read the charts and another to navigate». Así es como ese libro diferenciaba la rutina de moverse por el océano de un lado para otro, del arte de navegar.

Y ese arte empieza por conocer el barco que debemos gobernar. Las condiciones de estabilidad «ballast and stability conditions of the vessel» es el punto siguiente. Y tal consideración es de suma importancia. Hay barcos que se califican como duros, por su característica de producir balances bruscos, cuyo único inconveniente (siempre que los materiales de cubierta vayan bien trincados), es lo molesto que resulta su gran estabilidad. Y otros barcos, calificados como blandos, a los que es necesario lastrar. Así, es fundamental verificar las condiciones de carga, gasoil, agua, aparejos y pertrechos, antes de acometer una travesía en condiciones de seguridad.

Antes de iniciar la ruta, se debe comprobar el estado del barco en sí y el de los equipos de navegación. Nos recuerda el libro: «Engine and machinery ready for use». «Tested instruments, found ok». Sin duda alguna, comprobar el funcionamiento de los instrumentos y de la máquina, debe ser lo primero antes de salir de puerto.

Los weather forecasts. Esto es estudiar las previsiones meteorológicas, sobre todo en invierno, es primordial. Los ingleses tienen una frase que nos enseña como regirse en caso de temporal: «To the sea, do not face it or flee». Y así, en su traducción al español y con su característico estilo vasco, nos lo explicaba el bueno del profesor Arana, en la Escuela Oficial de Náutica: «Muchachitos… a la mar no la afrontes ni le huyas, pues». Correr un temporal con máquina avante -en popa se entiende- con pesos en cubierta y con un barco de estabilidad deficiente, suele ser suicida, aunque el temporal nos parezca fácil de gobernar. Una guiñada brusca producirá una violenta escora capaz de hacer naufragar un barco de porte medio. Lo recomendable sería quedarse en puerto. Y si nos coge en la mar, mantenerse a la capa. Puede que algunos llamen a eso falta de coraje o valentía, cuando lo que se está aplicando es, precisamente, el arte de navegar.

«To leave margin for the mistake» es la última de las recomendaciones del libro con las que quisiera poner fin a este artículo. Cuantas veces por acercarse demasiado a los peligros de la costa, se producen errores que llevan a irreparables accidentes.

Estamos en el mes de enero y nos quedan semanas de invierno en las que, la falta de aplicación de estas normas de navegación básicas, pueden ocasionar naufragios que pudieran ser evitables. Por ello he creído conveniente recordar estas elementales normas de navegación.

El arte de navegar va más allá de trazar un rumbo en la carta o manejar un GPS y un plotter.