Las trabas de Costas frenan proyectos para transformar viejas conserveras

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

PARRI

Los promotores de un hotel con talasoterapia llevan dos años lidiando con la burocracia

25 ene 2019 . Actualizado a las 20:59 h.

Cuando a los concellos les toca lidiar con otras Administraciones para sacar adelante según que proyectos, saben que ante departamentos como Costas del Estado deben armarse de paciencia. El organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente no acostumbra a poner las cosas fáciles para actuar en su dominio, tampoco cuando se trata de iniciativas de carácter privado. De ello están al tanto inmobiliarias y promotores de varias propuestas para transformar antiguas conserveras o fábricas de salazón en nuevos negocios y darles una segunda vida tras años de abandono. La burocracia que impone la Demarcación es a menudo una traba que frena e incluso impide que esas actuaciones salgan adelante.

Un caso emblemático porque hace tiempo que está en marcha es el de la antigua conservera de Daniel en Muros. La nave fue adquirida con el objetivo de transformarla en un hotel de cinco estrellas con servicios de talasoterapia, pero el camino no está siendo nada fácil. Los promotores acabaron batallando en los tribunales y, dos años después, parece que la situación empieza a despejarse.

No es el único caso. En este sentido, Juan Pazó, de la inmobiliaria Montelouro, explica las complicaciones que hay incluso para poner a la venta propiedades de este tipo: «Neste momento, temos dúas conserveiras apalabradas que están pendentes de documentación. Hai moitas trabas e tardas moito tempo en resolver os papeis, incluso para inscribir estas naves hai que solicitar autorización a Costas. O certo é que dan moito traballo para vendelas, porque hai moita burocracia detrás».

Existe demanda

Los cierto es que, pese a las dificultades con el papeleo y las autorizaciones, existe demanda para comprar antiguas fábricas a pie de costa: «Unha vez que resolves a papeleta da documentación, tela practicamente vendida». Sobre los proyectos a los que se destinan este tipo de construcciones, son casi siempre vinculados al ámbito hostelero, y en Carnota existen iniciativas para crear apartamentos turísticos.

En Esteiro se intentó también recuperar una antigua salazonera para darle un uso relacionado con el turismo, pero resultó imposible conseguir el permiso de Costas del Estado para hacerlo. Desde Faro, otra inmobiliaria de la zona, explican que la Administración pone muchas trabas a este tipo de proyectos: «Se a nave está en estado ruinoso é practicamente imposible que autoricen nada. Costas o que quere é deixar que as vellas construcións se arruínen para recuperar o terreo en concesión».

Con todo, en los últimos meses, las viejas fábricas del litoral han encontrado una salida gracias a una nueva línea se subvenciones para instalar piscifactorías. Eso ha permitido la venta el año pasado de dos antiguas conserveras en Esteiro para destinarlas a la cría de especies marinas.

Menos en Arousa norte

Los proyectos relacionados con la recuperación de las antiguas instalaciones dedicadas al procesado de pescados y mariscos se circunscriben fundamentalmente a la ría de Muros-Noia, mientras que en Arousa norte no se da este fenómeno.

Esto obedece a que a orillas de la ría arousana, donde se encuentran claros ejemplos de recuperación del patrimonio industrial como el Benboa, no existe tanta oferta de estas construcciones.