El deterioro avanza en la rula de Ribeira sin que se concrete su conversión en nave de rederos

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Profesionales del mar alertan desde hace tiempo del acceso de personas sin permiso y de intentos de robo en las antiguas oficinas

30 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Puertas forzadas, ventanas rotas y chapas levantadas conforman la estampa exterior de la que hasta hace poco más de un año era la lonja de Ribeira. El deterioro avanza en una instalación que cofradía y Ayuntamiento pretenden convertir en nave de rederas, pero cuyo futuro parece que continúa sin concretarse por parte de la Administración autonómica.

Desde que dejó de utilizarse, la rula ha sido allanada en varias ocasiones e, incluso, hubo quien entró por el método del buitrón. Profesionales del mar llevan tiempo alertando, y expresando su preocupación, por el hecho de que están accediendo personas ajenas a la actividad portuaria.

De hecho, gerentes de varias vendedurías que conservan sus oficinas en el antiguo recinto de ventas confirmaron que en varias ocasiones encontraron revueltos los despachos. El representante de una de estas compañías explicó que diversos días apareció abierta una ventana que siempre está cerrada.

No cabe duda de que quienes entraron lo hicieron con la intención de robar. Sin embargo, desde las empresas manifestaron que no conservan nada de valor en estas instalaciones. Asimismo, no existe constancia de la presentación de denuncias.

Incluso, existen sospechas de que puede estar siendo utilizada para dormir por indigentes, aunque este aspecto no ha podido ser confirmado.

Sin resultados

El patrón mayor, José Pérez, también expresa su preocupación por lo que sucede: «Pasa o tempo e non vemos resultados». Está al tanto de los intentos de robo y de la mella que está haciendo en la instalación el hecho de que no tenga uso.

Con el propósito de atajar el problema, el dirigente del pósito y el alcalde, Manuel Ruiz, mantuvieron esta semana una reunión con la conselleira do Mar, Rosa Quintana, y con el presidente de Portos, José Juan Durán, a quienes indicaron la urgente necesidad de acometer las medidas oportunas para que la vieja lonja sea transformada en una nave de rederas.

El patrón mayor comentaron que los representantes de la Administración autonómica se mostraron receptivos, aunque manifestó que todavía no se ha fijado una fecha para el desarrollo de los posibles trámites.

José Pérez explicó que la instalación debe ser objeto de una reforma: «Hai que acondicionala para que poidan meter os aparellos». La construcción de la nueva rula obligó a trasladar el emplazamiento de los rederos, que fueron reubicados en la explanada que hay en las inmediaciones del Club Náutico.

Sin embargo, siempre se habló de que esta era una localización provisional. Tampoco se considera apropiado que los encargados de la reparación de las redes continúen a la intemperie, dado que en otros recintos portuarios de la comunidad sí disponen de espacios cerrados e, incluso, dotados de vestuarios para cambiarse, apropiados para la realización de su trabajo.