Los cazadores asestan un duro golpe a la sobrepoblación de jabalíes

a. parada RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MATALOBOS

Desde el inicio de las batidas, en noviembre, se han capturado unos veinte ejemplares

18 dic 2018 . Actualizado a las 08:05 h.

La preocupación por la creciente presencia de jabalíes en núcleos de viviendas e, incluso, en centros urbanos de localidades de la comarca, como Ribeira, ha sido una constante en el último año. Si a los destrozos causados por el cerdo salvaje en espacios públicos, como jardines, se suman los problemas de inseguridad en las carreteras que vienen generando desde tiempo atrás, estaba claro que urgía tomar medidas que fuesen más allá de los controles que han venido impulsando desde la Xunta. En este sentido, puede afirmarse que los cazadores han asestado un duro golpe a la sobrepoblación de esta especie en la comarca, desde que comenzaron las batidas a principios de octubre.

En todo este tiempo, se ha dado caza a una cantidad considerable de jabalíes en Barbanza, con cerca de una veintena de capturas. No obstante, los profesionales de esta actividad reconocen que es sobradamente difícil saber con exactitud a qué cifra asciende el total de este tipo de animales que hay en la comarca. «É complicado fixar un número concreto, pois nunha fin de semana podes cazar varios e á seguinte atoparte unha manada de 14», explicó el cazador Víctor Reiriz.

Además, otro de los grandes factores a los que deben hacer frente los cazadores es a la perfecta adaptación del cerdo salvaje, que ha logrado unas buenas condiciones para realizar hasta dos partos por año, sin importar que se trate de su época habitual de apareamiento y cría. Aún así, la época de celo coincide con las batidas, de noviembre a enero.

Grandes manadas

Las dos grandes cuadrillas que están tratando de poner fin a esta situación en los montes están formadas por grupos de unas 15 personas. No obstante, a veces estos colectivos son insuficientes para hacer frente a salidas en las que se persigue a manadas formadas por grupos grandes de jabalíes, y en las que es fácil que varios de ellos acaben escapando. Sin embargo, desde estos grupos se muestran optimistas y comentan que incluso se han logrado abatir a diversos ejemplares en esperas nocturnas.

Y es que cada vez más, esta clase de animales comienzan a tener rutinas asentadas en puntos urbanos de los que también dependen, según apuntan integrantes de las sociedades de caza. Por poner un ejemplo, hay un cerdo salvaje en concreto -un ejemplar de unos cien kilos- que trae de cabeza a los cazadores y que todas las noches acude a un polígono empresarial de una localidad barbanzana tras hacer la misma ruta.