Un acuerdo para subir el precio mínimo evita el cierre de la campaña de la ostra en Noia

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

La disconformidad surgió con el precio al que se estaba pagando el bivalbo pequeño

18 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La ría de Muros-Noia alberga una de las dos reservas de ostra autóctona que quedan en la comunidad, lo que incrementa el interés de los compradores por conseguir este bivalvo. Sin embargo, los precios durante la primera semana de campaña, que arrancó el pasado día 10, fueron bastante inferiores a lo que esperaban la cofradía noiesa y los profesionales, hasta el punto de que la mitad de la treintena de barcos autorizados para coger el molusco decidieron abandonar. Todo apuntaba a una precipitada suspensión de la actividad extractiva, que ha podido evitarse gracias al acuerdo alcanzado entre compradores y pósito.

La disconformidad surgió con el precio al que se estaba pagando la ostra pequeña -en Noia, la talla mínima está en 7 centímetros, aunque la normativa autonómica permite cogerla a partir de 6- que oscilaba entre los 0,20 y los 0,24 euros la unidad. Los mariscadores consideraban escaso este importe teniendo en cuenta que se trata de la variedad autóctona.

Falta de rentabilidad

Además, comercializarla a este precio no les resultaba rentable porque el tope está fijado en 350 unidades diarias y los ingresos, en comparación con los que se obtienen cogiendo berberecho son muy inferiores.

El problema radica en que, como explica el primer vicepatrón mayor, José Ramón Pais, «a maioría da que hai é pequena. A grande págase a dous euros a unidade, pero son lotes de 30 ou 50 pezas».

La presión ejercida por la cofradía ante los compradores dio sus frutos: «Non imos regalar un produto que consideramos bo», subrayó el patrón mayor, Santiago Cruz. Quien explicó que se acordó que los compradores abonasen un precio mínimo de unos 50 euros.

A cambio, precisó Santiago Cruz, «os mariscadores teñen que traer pezas algo máis grandes, porque eles din que eran demasiado cativas».

La cofradía noiesa no abrió el pasado año sus concesiones de ostra porque el bivalvo no tenía un tamaño adecuado. En esta ocasión, los muestreos efectuados por Liliana Solís pusieron de manifiesto que podía abrirse la autorización de Cabalo Baixo. Además, existía bastante interés por parte de los compradores en disponer del producto.

Para agilizar la subasta, el vicepatrón mayor José Ramón Pais ha implantado este año un sistema informatizado que, dijo, resulta muy práctico para todos.

Los profesionales noieses solo explotarán la ostra este mes, con el objetivo de aprovechar el tirón navideño. Además, Liliana Solís comentó que el banco de Broña «decideuse manter pechado porque o 88 % da ostra non tiña talla comercial».