David Hernáez: «Es absolutamente imposible poder plantearse que haya vertido cero»

David Hernáez Oubiña (Ferrol, 1973) lleva casi una década al cargo de los distintos proyectos de mejora del saneamiento que se han realizado en la comarca. Considera que se ha avanzado mucho, pero que todavía queda demasiado trabajo por hacer como consecuencia de una mala planificación inicial.

-¿Cómo está la situación?

-Actualmente, a nivel de infraestructuras de depuración, prácticamente todos los concellos de la comarca tienen depuradoras que están funcionando correctamente, aunque unas son más viejas que otras. En Boiro, Rianxo, A Pobra son un poco más antiguas, mientras que las de Noia, Muros y Porto do Son son más modernas, y la de Ribeira es prácticamente nueva. El problema que tienen estas zonas, al igual que el resto de Galicia, está en la red de saneamiento. Si desde el punto de vista de infraestructuras de depuración lo tenemos bien, desde el punto de vista de la red de saneamiento no lo tenemos tan bien, de hecho, es muy mejorable.

-¿Dónde está el principal problema en la red de saneamiento?

-Han sido las grandes olvidadas, siempre se ha entendido que tenemos una depuración si tenemos una depuradora. Una depuradora es un elemento más del sistema, pero el objetivo es proteger el medio receptor. Tan importante es depurar como trasladar a las estaciones de depuración. Sin embargo, las redes de saneamiento se han ido construyendo por pedazos, sin tener una visión global de lo que tenemos, se han instalado sin planificación y sin estar ligadas al urbanismo. Nunca se ha pensado en lo que puede venir después, a lo que se une un tremendo desconocimiento de la legislación que hay que cumplir.

-¿Cuáles son las carencias?

-Pues tenemos redes con diámetros insuficientes, falta de mantenimiento, entrada de agua de mar, llegada masiva de agua pluvial, y no hay un criterio claro de si hay que separar o no las pluviales y las fecales. Cualquiera de las dos opciones es buena, siempre y cuando se tenga claro qué se va a hacer con ellas.

-¿Qué soluciones se platean?

-Siempre es muy fácil trabajar sobre un folio en blanco, pero en este tema no podemos, ya que tenemos que hacerlo sobre lo existente. En primer lugar, hay que adaptar esas redes a la capacidad de tratamiento que tienen sus depuradoras, no puedo trasladar directamente y en tiempo real todo el agua que recibo en el sistema y mandarlo a una planta depuradora, porque tiene una capacidad limitada. Si mando más agua o residuos de los que puede tratar, directamente acaba desbordando. De aquí sale el falso mito de que las depuradoras no funcionan; sí que funcionan para su caudal y carga de diseño. La gran asignatura pendiente es trabajar en esas redes de saneamiento, algo que ahora mismo es carísimo.

-¿Llegará un momento en el que no haya vertidos a mar?

-Si hablamos del agua residual urbana en tiempo seco, sí que se podría llegar a garantizar, el problema es que aquí tenemos unas redes de saneamiento que en el 99 % de los casos son unitarias y cuando llueve se mezclan con agua pluvial, y es absolutamente imposible poder plantearse que haya vertido cero. No solo en Galicia, sino en todo el mundo, porque nunca sabes lo que puede llover. Tú tienes que dimensionar las plantas depuradoras para unos caudales determinados y tienen un máximo de capacidad, por mucho volumen que quieras regular. Además, aquí en Galicia no llueve un día al año, sino que llueve seguido.

-¿Cuántos vertidos puede haber en un año?

-De momento se está limitando el número de vertidos a 15 o 20 al año con un nivel medio de precipitaciones. La asignatura pendiente es determinar el impacto de los vertidos en el medio receptor, igual podemos verter mucho más porque la capacidad de depuración del medio es mucho mayor de lo que creemos o al revés. Sin embargo, esto va muy condicionado al sitio donde viertas, no es lo mismo una zona de marisqueo a pie, a otra que medioambientalmente no sea tan sensible. Aspirar a vertido cero tal y como están los sistemas y con lo que llueve aquí es imposible.

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