Cuerpazos cincelados en músculo

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Brais Vicente y Lidia Rey han completado un duro y exigente camino para codearse con la élite mundial

01 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los caminos de Lidia Rey (Santiago, 1985) y Brais Vicente Conde (Rianxo, 1995) se cruzaron entre las máquinas del Korporis Gym, en Boiro. De la mano de Kike García, ambos han escrito a fuego su nombre en la élite del culturismo. Lo han logrado en tiempo récord, demostrando que la perseverancia y la disciplina son la receta para brillar en cualquier aspecto de la vida.

«Empecé en el gimnasio en el 2013, haciendo cardio y abdominales. Pensaba que mi cuerpo iba a mejorar», reconoce Lidia Rey, compostelana que trabaja en Ribeira desde el 2014. Fue en ese año cuando conoció a Kike García, quien a día de hoy es su pareja y el padre de su niña, Sira, de 18 meses. «Empecé a entrenar con él y me enganché. Comencé una alimentación saludable. Con él descubrí que los nutricionistas no me habían servido de nada».

En el 2015 acudió al Campeonato Gallego y del Norte de España: «Finalicé segunda de Galicia y tercera en el otro». A pesar de que se encontraba en un gran momento, Sira estaba al llegar. «Me quedé embarazada y lógicamente dejé de competir, pero tenía la espinita de no haber ido a un Campeonato de España».

Confiesa que el parto no fue sencillo. Tardó en regresar al gimnasio. Le costó coger el ritmo: «En ningún momento me planteé volver a un torneo. Pero mejoré rápidamente». Una proyección espectacular le ha permitido ganar este año el Campeonato Nacional Wabba. Una semana más tarde, mordió el oro en el estatal de la AEFF.

En el Mundial, en cambio, no logró entrar en la final. «Para mí fue como si lo hubiera ganado. La experiencia ha sido buenísima. Mi motivación está por las nubes, pero ahora, entre el trabajo y el bebé, me toca descansar», reconoce la compostelana.

El salto internacional

El título mundial Wabba le ha abierto las fronteras nacionales a Brais Vicente. El rianxeiro, que comenzó a levantar pesas en 2015, cuenta ya con su primer patrocinador, iLab Nutrition: «É un salto importante, porque só competirei a nivel internacional. Isto esíxeme crecer fisicamente. Síntome culturista e intentarei dar o mellor de min»..

En meses, el también discípulo de Kike García, ha conseguido tres títulos, la Copa de España, el nacional júnior y el Campeonato del Mundo Wabba. «Para min foi unha temporada incríbel, un dos mellores momentos da miña vida». Asegura que el proceso también fue realmente duro, aunque pudo conseguirlo con trabajo, esfuerzo y una disciplina casi espartana.

Mala fama

El dopaje es una cuestión que siempre ataca al culturismo. «La gente habla por desconocimiento. Solo ven un cuerpo y no las horas que hay detrás», confiesa Lidia Rey, quien defiende que las trampas no tienen cabida.

Para Vicente, la problemática es igual: «Si algo me doe é que lle digan aos meus familiares mentiras. Se mo din a min dáme a risa, sei o esforzo que se precisa. Se alguén toma sustancias prohibidas queda moi claro enriba da báscula. Aí non hai escapatoria». Sus cuerpos, afirman, están cincelados en puro músculo.