Los barbanzanos exigieron en la calle el fin de los malos tratos y rindieron homenaje a las víctimas
26 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Pocas veces se consigue un apoyo unánime como el que la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer despertó ayer en Barbanza. Fueron muchos los vecinos que se sumaron a los actos programados con motivo del 25-N para exigir no solo el fin de los malos tratos, sino también cambios en las leyes, intervenciones a nivel educativo y más fondos para erradicar una lacra imparable. Se recordó también a las 44 mujeres y seis menores reconocidos como víctimas mortales de la violencia de género, homenaje que se hizo extensivo a otras asesinadas a las que no se les ha concedido todavía dicha condición.
Los sonenses fueron más madrugadores. Unos 250 vecinos se sumaban a primera hora de la mañana a una andaina por la igualdad promovida por el Concello. Recorrían 12 kilómetros, buena parte de ellos ataviados con camisetas confeccionadas para la ocasión por el área de Servizos Sociais. La ruta concluía a las puertas de la casa consistorial, con la lectura de un manifiesto contra la violencia de género y la recuperación de las fuerzas a base de chocolate caliente.
Poco después de las 11.00 se echaban al camino un centenar de lousamianos, liderados por la alcaldesa, Teresa Villaverde, y la concejala de Igualdade, Silvia Agrafojo. Ataviados con un chaleco en el que podía leerse el lema Lousame contra a violencia de xénero, polo respecto, los participantes realizaban una ruta por sendas singulares, dejando a su paso exponentes del patrimonio local, como los molinos de Maxide.
Cortos y un monumento
Hacia el mediodía tomaron el testigo los boirenses. Se reunieron en la casa consistorial para visionar varios cortos, entre ellos, el realizado por cinco alumnos del IES Espiñeira, que resultó vencedor del concurso promovido por Servizos Sociais. El trabajo se titula A túa indiferencia tamén mata, lema que será empleado en la campaña institucional del próximo 25-N. La concejala Beatriz Deus y el alcalde, Juan José Dieste, se dirigieron al público que abarrotó el salón de plenos.
Y una hora después, el epicentro del 25-N se trasladó a la ciudad ribeirense. Allí se descubrió un monolito, Columna fendida, en memoria de las víctimas de la violencia sexista, que permanecerá en la Praza do Concello durante un año. El colectivo Mulleres en Acción, promotor de la iniciativa con la colaboración del Concello, invitó a los presentes a recordar a las mujeres y menores asesinados llenando de manos rojas una lona blanca. Una intervención artística a cargo del colectivo Sak puso el broche.
Noia cerró la conmemoración del día contra la violencia de género. A las ocho de la tarde, pese a la incesante lluvia, un centenar de personas se reunieron en la alameda, donde la concejala Marisol Villar leyó un manifiesto. Posteriormente actuaron el coro Has de Cantar, del Virxe do Mar, y el grupo Musicasa, del Campo de San Alberto.