Juan Díaz-Romeral: «Los partidos los ganan los presupuestos»

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro sevilla RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Considerado el jugador franquicia de los de A Cachada, el manchego tiene claro que quiere disputar el ascenso

24 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Jugador de voleibol por pasión y veterinario de formación, Juan Díaz-Romeral (Guadalajara, 1989) se ha convertido en el jugador franquicia del Rotogal. En sus manos se esconde el camino hacia la Copa Príncipe. Acepta el reto y abre un frente. Los de A Cachada deben soñar con alcanzar, en un futuro, la Superliga.

-¿Qué objetivos se marca?

-Nuestra meta es formar un grupo lo más sólido posible. Tenemos mucha gente nueva y debemos ser capaces de formar un equipo competitivo, que pueda ganarle a cualquier rival.

-¿Ningún puesto concreto?

-Tenemos que estar en la parte alta de la tabla, aunque la realidad es que hay varios equipos que optan a lo mismo. Está claro que me gustaría jugar la Copa Príncipe y la fase de ascenso.

-Mantienen opciones.

-Ahora mismo no es fácil, pero no hay nada decidido. Haremos todo lo posible para clasificarnos.

-¿Cómo valora la etapa en Boiro?

-Han sido unos años con muchos cambios. El club poco a poco ha ido cambiando, generando una estructura más ambiciosa. He estado muy a gusto.

-¿Cuándo comenzó en este deporte?

-Fue hace unos 15 años, soy de los más viejos del equipo -ríe-. Estaba en mi casa y un señor me vio jugando y me dijo si quería jugar al voleibol. Me preguntó cuanto medía. Le dije que 1,94.

-Nació para este deporte.

-La altura en estas disciplinas ayuda mucho. Sé que puedo jugar al voleibol gracias a mis dos metros, pero para el día a día es más complicado. Comprar sábanas, coche o ropa es una faena.

-¿Después de pasar por la Superliga qué le llamó del Boiro?

-La verdad es que no tuve muchas dudas. Me gustó el proyecto y estar rodeado de buenos amigos. Ya que el voleibol profesional no es demasiado rentable, por lo menos quería estar en un sitio donde hubiera amigos.

-Usted es la pieza más importante del Rotogal Boiro.

-El otro día, Germán, el segundo entrenador, dijo que al voleibol no juega uno solo. Yo soy el tercer toque, pero antes hay dos más que yo no puedo dar. Soy la punta de flecha y mi posición es muy visible porque tengo que hacer muchos puntos, pero no estoy yo solo en la pista. Mi rol es puntuar. Para lo bueno y para lo malo es en lo que la gente se fija. Es como en el fútbol, cuando un delantero marca goles es buenísimo, si los falla, malísimo.

-¿Lamenta no haberse echo fuerte en Superliga?

-Los años que he jugado en Superliga han sido diferentes, pero no más gratificantes por la categoría. Ahora mismo la exigencia entre ser primero en Superliga 2 o sexto en la primera división es la misma.

-¿Ve al Boiro en la élite?

-A día de hoy, no; creo que no sería una buena idea que subiera, pero espero que en cuatro o cinco años tengamos una estructura que nos lo permita. Debemos tener eso como aspiración para seguir creciendo.

-¿Qué falta?

-Una estructura más profesional. Aunque la gente no lo vea, el club vive del trabajo de tres o cuatro personas, que lo hacen por una cantidad muy baja comparada con cualquier otro equipo. La semana pasada tenía una contractura en el cuello y el masajista fue mi entrenador. El sábado tuvimos jornada con los pequeños y los que montaron las pistas eran jugadores del primer equipo. Tenemos muchísimas cosas buenas, la gente colabora muchísimo, la involucración es de diez, pero necesitamos profesionalizar el equipo un poco.

-La economía manda.

-Los recursos son los que son, las puertas para llamar son las que son y creo que ya hemos petado a todas. Estamos compitiendo con equipos que nos doblan en presupuesto. Hoy en día los partidos los ganan los presupuestos, no los jugadores.

-Se enfrentan esta tarde (19.30 horas) al Cisneros en Tenerife.

-Es un partido complicado, como todos los que son tan lejos. Son peligrosos, llegas cansado, no conoces el pabellón... Según la clasificación deberíamos ganar, pero no será tan fácil. Debemos recuperar las sensaciones y jugar bien para poder llegar con posibilidades a Lugo.

-¿Se puede vivir del voleibol?

-No se puede vivir. Yo estudié veterinaria, pero por el momento no apareció nada compatible con el deporte. Del voleibol consigues un sueldo muy bajo. Yo tengo 29 años y a veces tengo que pedir dinero a mis padres.