El hipocondríaco

Estevo Silva Piñeiro SOSPECHOSO HABITUAL

BARBANZA

19 nov 2018 . Actualizado a las 17:36 h.

Mis amigos; mis queridos amigos a los que añoro tanto y tantas veces, y a los que deseo volver a ver en circunstancias propicias (léase sin niños y con ganas de cruzar el Rubicón) saben como nadie, a excepción de mi sufrida compañera, las generosas trazas de hipocondríaco que poseo.

De hecho, hoy tenía pensado quemar las naves de mi amplia y roja flota de nuevo pero tengo que contarles, y ya de paso prevenirles, de lo que esta pasada noche me aconteció. Llevo varios días con un curiosísimo fenómeno en la parte trasera del muslo de mi pierna izquierda, como no. De repente, y sin previo aviso, me sobreviene un calor verdaderamente extraño, como cuando nos acercamos a una estufa en invierno. Esto, si me permiten el oxímoron, me deja frío.

Con todo, no puedo decir que me moleste, de hecho a veces es incluso agradable, pero evidentemente no es normal. Así que, estúpido de mí, hice lo que no se debe hacer: consulté en Internet. Lo primero que vieron mis ojos fue la palabra trombosis (buen nombre para un grupo de Death Metal) y créanme si les digo que el susto llego a alcanzar la calificación premium. Esta vez lo que me sobrevino fue un pequeño bajón de tensión de pura impresión al ver a la parca sobrevolar mi cabeza. No es fácil convivir conmigo mismo, créanme. Un nuevo aplauso a mi compañera, por favor.

Pero bueno, lo que quiero decir es: cuidado con Internet, que lo carga el diablo. Ya no solamente con el autodiagnóstico o las fake news in crescendo. Piénsenlo cada vez que usen el pago virtual; recuerden al comercio de su barrio. Ah, y usen el corrector, por favor.