El Noia se estrelló contra el Viveiro

rIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Roi, en el minuto 85, cerró el duelo con el 1-4 tras un error en la salida del balón de los barbanzanos

18 nov 2018 . Actualizado a las 22:48 h.

Partido para olvidar para un Noia que cayó con contundencia, 2-4, contra un Viveiro que fue un auténtico filón en el juego a balón parado. Con los barbanzanos lejos de su mejor versión, tanto ofensiva como defensiva, el bloque visitante se hizo dueño del tempo del partido. Lo hizo con ayuda del trío arbitral, que desató, por su incapacidad para gestionar el encuentro, las iras de la grada de San Lázaro.

El duelo arrancó con dominio alterno, aunque fue Meitín, tras un gran centro de Tichu desde la banda, el que demostraba que los de A Mariña no estaban de paseo por Barbanza. El 0-1 levantó al Noia, que respondió con el golazo de la tarde. Rendo aprovechó su carril por la banda derecha para asistir a Quintairos. El punta, imparable dentro del área y un auténtico seguro de vida delante de cualquier cancerbero, envió el balón a la red de chilena.

Fue lo mejor del conjunto local, que se descompuso a partir del tanto. El Viveiro paralizó el duelo en cada lance y golpeó con contundencia antes del descanso. Uriol aprovechó un error en el despeje de Pajarillo para anotar el 1-2 y Roi, en una jugada a balón parado prácticamente calcada, dejó prácticamente el encuentro sentenciado con un claro 1-3.

Sin reacción

No cambió demasiado el partido tras el descanso. Pose, expulsado por unas protestas de su segundo, Tinto, buscó la reacción con la entrada de Isaac. No lo logró el entrenador ribeirense. Con su equipo incapaz de hilar su fútbol en un partido realmente trabado, el Noia fue debilitándose a cada golpe que se daba contra la muralla defensiva del Viveiro.

Roi, en el minuto 85, cerró el duelo con el 1-4 tras un error en la salida del balón de los barbanzanos. No valió el gol de Nando, ya en el descuento, para pelear por el empate. El rianxeiro aprovechó una asistencia al espacio de Piñeiro para colarse en el área y enviar el balón a la red para maquillar el resultado.