Chatarra y gestión portuaria

José Vicente Domínguez
José Vicente Domínguez LATITUD 42º-34?,8 N

BARBANZA

15 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La gestión de Portos de Galicia dista mucho de ser eficaz, al menos en lo que respecta al puerto de Ribeira. Da la impresión de que consideran la gestión portuaria como una mera cuestión de vigilancia organizativa. No perciben la gestión, con mayúsculas, como una cuestión global que debe redundar en el fortalecimiento de la economía no solamente portuaria, sino de la sociedad en la que está enclavado el puerto. De ahí que en muchos puertos del norte de Europa, de similar tamaño al de Ribeira, la gestión portuaria suele se municipal. Pero en nuestro caso, tampoco estoy seguro de que fuese a funcionar mejor.

La promoción y el abaratamiento de los costes portuarios para atraer más clientes, debe empezar por una buena organización de líneas de atraque para carga y descarga, reparaciones y apertrechamientos; el equipamiento con medios propios de grúas y cintas transportadoras y la dotación de medios eficaces de seguridad y contra-incendios. Todo esto, bien hecho, es lo que podríamos llamar gestión portuaria. Limitarse a cobrar servicios de atraque y aplicar sanciones, sin duda resulta muy provechoso para los ingentes ingresos de Portos de Galicia, pero eso no es lo que debe entenderse como gestión.

En Ribeira existe desde hace algunos años el llamado Consello Local de Pesca. Bien está porque daño no hace. Pero con ese ente se puede confundir la actividad pesquera como un todo, dentro de la más compleja actividad portuaria. Es hora de que entendamos que el puerto ribeirense, además de la actividad pesquera y marisquera, debe empezar a crecer en base a otros actores. Y ahí es en donde se echa en falta una buena gestión portuaria.

Desde hace un par de meses, por parte del Concello se está reclamando una autoridad portuaria propia. Aunque eso no desvirtúa el fondo de este artículo, por cuanto se deduce que tal reclamación municipal se dirige tan solo hacia la necesaria gestión de los terrenos de interacción puerto-ciudad.

No estaría de más que, a mayores de reclamar esta interacción puerto-ciudad, reclamásemos a Portos de Galicia una verdadera gestión del puerto, del que no se está aprovechando todo su potencial. Da la impresión de que, a nivel superior, se estuviera de acuerdo en mantener la pobre gestión portuaria existente, para justificar la negativa a una planificación y ampliación del puerto de Ribeira que se hacen imprescindibles.

La larga tradición de barcos desahuciados en forma de chatarra, ocupando el insuficiente atraque existente en el puerto, es buena muestra de ello. Hágase algo, mejor antes que después.