«O máis importante non é a comida, senón o baile e pasalo ben»

Ana Lorenzo Fernández
L. Sarmiento RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Más de 800 boirenses participaron en el «Xantar dos maiores» que se celebró en el pabellón de Barraña

10 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La alerta por un temporal de viento y fuertes lluvias no amilanó ayer a los más de 800 boirenses que tenían intención de acudir a la comida de los mayores que, un año más, se celebraba en el pabellón de Barraña. Con antelación a la hora fijada para el inicio del convite -las dos de la tarde-, ya eran muchos los participantes que, paraguas en mano, se presentaron en las instalaciones deportivas con el ánimo de reservar su mesa.

«Sempre vimos os mesmos, así que uns chegan un pouco antes e xa collen sitio para todos. Sentámonos todos xuntos e xa facemos a festa completa», explicaba uno de los comensales. Sin embargo, no todos tuvieron tanta suerte a la hora de juntarse con sus amigos, y hubo quien tuvo que compartir mesa y mantel con desconocidos, «pero é normal, non collíamos todos e algún ten que sacrificarse. Malo será que non o pasemos ben».

De hecho, aunque el ambiente en un principio era bastante frío y la gran mayoría de participantes estaban sentados a la mesa con el abrigo o con un chal colocado sobre los hombros, todos esperaban que la velada fuera de lo más agradable. «O máis importante non é a comida, senón o baile e pasalo ben. Aquí vimos a divertirnos», apuntaba una vecina de Boiro que desde hace años no se pierde este Xantar dos maiores.

Langostinos a la plancha, buey, merluza a la romana con ensalada, ternera con guarnición y tarta de almendra fueron los platos que se pudieron degustar ayer en esta comida de confraternidad, que también incluyó agua, café, vino y, como novedad, una botellita de licor de regalo. Como colofón a la celebración y para aligerar el cuerpo, no faltó un gran baile amenizado por el grupo pobrense Mar Dávila Trío.

Dinero bien invertido

Como en años anteriores, para poder asistir a la comida, que sirvió el restaurante Chicolino, los participantes solamente tuvieron que pagar 15 euros, ya que el resto corrió por cuenta del Concello. «É un diñeiro ben invertido, porque comes como nunha voda e estás moi a gusto», apuntaba un participante antes de echarle mano a un pedazo de buey.

También habló de pasarlo bien y de disfrutar de la celebración el alcalde, Juan José Dieste, que dijo que el mejor plan para un día como el de ayer, «é estar aquí todos xuntos». El regidor volvió a hacer hincapié en la gran deuda que tiene el pueblo boirense con sus mayores «que loitaron tanto por esta terra». Por todo ello, el mandatario recordó que desde el área de Servizos Sociais se trabaja muy duro para ayudar a este colectivo, y que es uno de los pocos concellos de Galicia que cada año gasta el total del presupuesto dedicado a este departamento (más de un millón de euros).

También tomó la palabra el gerente del Consorcio Galego de Benestar, Perfecto Rodríguez, que insistió en que «os maiores son unha prioridade para o goberno da Xunta».