Las últimas lluvias favorecen el inicio de la temporada de setas

Xoán R. Alvite MAZARICOS / LA VOZ

BARBANZA

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Los aficionados a la micología ya recogieron los primeros ejemplares

03 nov 2018 . Actualizado a las 20:03 h.

Las intensas lluvias de los últimos días han sido especialmente bien recibidas por los muchos aficionados a la micología en tierras barbanzanas. La humedad del terreno y las temperaturas agradables que se registran en las horas centrales del día están propiciando la aparición de los primeros ejemplares de setas de la temporada. Una excelente noticia, habida cuenta de la pobre campaña registrada el año pasado, cuando la escasez de precipitaciones provocó que muchas variedades ni llegasen a brotar.

«De momento aínda é cedo para especies coma os níscalos (Lactarius deliciosus) -uno de los más apreciados por su sabor- ou algúns tipos de bolletus, pero se o tempo segue así e veñen algúns días de máis calor, seguro que saen en abundancia», explica José Ponte, aficionado de Mazaricos que aprovechando el día festivo no dudó en salir al monte a buscar los primeros ejemplares. «Atopamos algunha cantarela (Cantharellus cibarius) e sobre todo moita lepiota de bo tamaño».

Las mejores zonas para encontrar setas son, tradicionalmente, el entorno de los pinares, aunque dependiendo de las condiciones meteorológicas también suelen aparecer en áreas arboladas próximas a los ríos o, incluso, cerca del mar. En territorio barbanzano hay una gran variedad de especies que van cambiando cada año, aunque las más abundantes suelen ser diferentes tipos de níscalos, boletus e lepiotas, no todas comestibles.

Solo las conocidas

Todos los entendidos coinciden en un mismo consejo: solo se deben recoger aquellas especies que se conozcan con seguridad; ante la duda, lo mejor es no cortarlas ni tampoco estropearlas, porque pueden resultar de interés para otra persona o beneficiosas para el ecosistema.

En cuanto a la forma de recogerlas, lo ideal es utilizar cestas de mimbre que permiten que las setas sigan en contacto con el aire. A la hora de cortarlas, hay que desechar las más pequeñas, seccionando las mayores por la base del tallo y tratando de no arrancarlas con el fin de que puedan volver a brotar.

Alguna de estas buenas prácticas aparecen recogidas en el decreto de aprovechamientos forestales publicado por la Xunta. Esta normativa limita, por ejemplo, la cantidad máxima por persona a dos kilos diarios, debiendo tener el permiso del propietario del terreno si la recogida se lleva a cabo con fines comerciales.