El día que Andrés revolucionó Rianxo

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

La plaza Castelao, epicentro festivo de la villa, se llenó hasta la bandera para recibir a Do Barro y grabar un documental turístico para promocionar Galicia durante el franquismo

28 oct 2018 . Actualizado a las 09:25 h.

No hace falta gran cosa para que en Rianxo, donde la música y los cantares son tradición, se monte una fiesta, así que cuando en 1972 Andrés do Barro recaló en la villa para grabar un vídeo documental la plaza Castelao se llenó del ambiente de las grandes ocasiones. «Claro que había moita xente, aquilo era unha novidade e a xente quería velo. Foi unha gran festa», cuenta Maruxa Miguéns. Medio pueblo, niños, mayores y ancianos, se apostó en la balaustrada del Campo de Arriba, y hasta don Manuel, el Cordobés, el párroco por aquel entonces, se asomó a un balcón para ver el espectáculo que se había montado en medio de la plaza.

La mayoría de quienes en aquel año, en las postrimerías del franquismo, no habían nacido desconocen la historia del día en que la villa se convirtió en un plató al servicio de la música de Andrés do Barro, pero el objetivo de la actuación era grabar un documental, así que existe testimonio audiovisual del paso por Rianxo del único cantante capaz de colocarse en lo más alto de las listas de éxitos de España cantando en gallego.

«Amor D.F.»

Ese fue el idioma elegido también para la canción que interpretó rodeado de músicos y vecinos del municipio, Amor D.F., y con la que, en palabras de la reconocible voz del NO-DO que introduce el vídeo, habla «de su tierra, sus gentes y su folklore».

Explica en su cuenta de YouTube Fernando Fernández Rego, en la que se encuentra la grabación realizada en Rianxo, que la pieza se incluyó en el documental Mosaico de canciones, encargado por la Dirección General de Promoción del Turismo para dar a conocer a los artistas y atraer turistas a estos lares. Además, la cinta fue premiada en su momento en Lisboa, en el Festival Internacional de Cine Turístico.

Así que la imagen de los rianxeiros bailando al son de Andrés do Barro traspasó fronteras, algo de lo que posiblemente la mayoría de quienes estaban allí no fue consciente. Sobre los recuerdos de aquella jornada, que fue, sobre todo, un día de fiesta, para muchos rianxeiros se han difuminado, pero no para Maruxa Miguéns, que acompañó al cantante tocando el bombo de Os Rosales junto con Aires da Nosa Terra: «Era encantador de verdade, moi sinxelo, falaba coa xente coma calquera de nós».