El Boiro se quedó helado en Barraña

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El Silva abandonó el farolillo rojo tras golear a un equipo local perdido, y que acusó la presión de hacer valer la condición de favorito ante su público

28 oct 2018 . Actualizado a las 22:51 h.

Gélida, congelada, enmudecida. Así quedó la grada de Barraña cuando el colegiado pitó el final del choque entre Boiro y Silva. Con goleada incluida, el colista impuso su ley y doctrina ante un rival desdibujado que firmó la peor actuación en su feudo. El 0-3 fue un duro mazazo que supuso la tercera derrota consecutiva de los de Rubén López, sin ideas contra un rival que tuvieron a su merced en el primer tiempo.

El duelo arrancó con el Boiro ejerciendo su condición de favorito. Con velocidad en la circulación, el conjunto de Barraña empequeñeció al Silva, que evidenció por qué llegaba en el farolillo rojo a Barbanza. Todo cambió con el paso de los minutos. El Boiro acusó la presión y perdió el tempo del choque. Con la grada exigiendo una goleada, el equipo se precipitó con la pelota, lo que dio alas a los coruñeses.

Fue en el ecuador del primer tiempo cuando el Silva demostró que, si le dejaban, podía hacer daño. Joao probó a Rodri en la ocasión más clara del partido para deshacer el empate. El Boiro, sin profundidad ni colmillo en ataque, se perdió en pases estériles entre centrales, laterales y medios.

El desconcierto local lo aprovechó el Silva. Tiago, de lo mejor en el primer tiempo, robó un balón. El extremo enfiló la frontal de área y, con un buen toque, metió el esférico a la espalda de Paco. Aaron, solo en el área, no falló. Zapatazo y 0-1.

Mazazo

El gol, a dos minutos del descuento, dejó grogui al Boiro, incapaz de retomar la versión de los primeros 20 minutos. Tras pasar por vestuarios, el conjunto de López no logró tomarle el pulso al choque, perdido entre individualidades y precipitado con el esférico. El Silva, replegado en su campo, buscó la sentencia a la contra. La encontró, en cambio a balón parado, el talón de Aquiles de los barbanzanos. Michi Leal, en el segundo palo, marcó el 0-2 tras un cabezazo que Paco sacó cuando el balón ya había superado la línea de gol y que el colegiado dio como válido.

El tanto terminó por hundir al Boiro, incapaz de percutir en la maraña defensiva de los coruñeses. Fue así que Aaron aprovechó una pérdida de Anxo para recibir en el segundo palo y fusilar a un Rodri vendido. El gol, que llegó en el minuto 86, enmudeció a la grada, que comenzó a abandonar el campo antes del pitido final. El 0-3 contra el colista dejó helada a la familia boirista.