Antonio Silva: Un hombre tras los pasos del portugués

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Tras varios intentos fallidos, ha iniciado una campaña en las redes para dar con su familia

15 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un nombre y una copia de la partida de nacimiento son todas las pistas con las que cuenta Antonio Silva para tratar de encontrar a la familia biológica que cree -tampoco lo sabe a ciencia cierta- que tiene en Portugal. Lo ha intentando en distintas ocasiones y por diversos medios, y ahora, aunque reconoce que sin demasiadas esperanzas porque es consciente de lo difícil de la empresa en la que se ha embarcado, ha recurrido a las redes sociales en busca de un altavoz que le permita llegar al mayor número de personas posible en busca de alguna pista para conseguir cerrar el círculo de su historia familiar.

Llenar ese vacío en su árbol genealógico es lo que impulsa a Antonio Silva a seguir los pasos del portugués, como todavía llaman en su casa a su abuelo. Desde el país luso llegó un buen día a Lousame, en el año 1925, en busca de una vida mejor y se casó con la abuela del protagonista de esta historia. Se llamaba Antonio da Silva y había nacido en 1905 en el lugar de Portela, en la feligresía de Urgezes, en el concello de Guimarães. Todo esto lo descubrió su nieto mucho tiempo después, cuando inició la búsqueda de su familia paterna. Por su profesión viaja con frecuencia al país vecino y se le ocurrió presentarse en la parroquia a la que pertenecía su antepasado: «Unha das poucas referencias que tiña a través de meu pai era o lugar de nacemento». Habló con el cura y meses después recibió una copia de la partida de nacimiento de su abuelo.

De esto hace años, y desde entonces poco ha logrado avanzar en su objetivo. «Fun alá varias veces e teño algúns contactos que viven na zona de Guimarães que preguntaron por alá, pero non conseguín nada. Unha vez ata fun ao cemiterio parroquial e estiven buscando as lápidas da familia por se podía dar con algunha pista nos nomes, pero tampouco as atopei», cuenta Antonio.

Sin referencias

Lo cierto es que este vecino de Lousame no tiene demasiados hilos de los que poder tirar. Su abuelo vino a Galicia para trabajar en las minas de San Finx y murió muy joven, con mucha probabilidad a causa de alguna enfermedad vinculada a su trabajo en el yacimiento, de manera que el padre de Antonio apenas conoció al suyo. Y, ya de mayor, tampoco mostró demasiado interés por recuperar el contacto con su familia lusa ni conocer detalles sobre la vida de su progenitor. Pese a ello, su recuerdo nunca ha abandonado a la familia: «Meu avó veu para aquí buscando unha vida mellor e duroulle ben pouco, ninguén o coñeceu, pero a pesar diso sempre tivo moita presenza na nosa casa, sempre se fala do portugués».

Antonio Silva sí tuvo curiosidad desde siempre por saber de sus orígenes. «Miña avoa morreu cando eu era moi pequeno e non tiven ocasión de indagar nada, e ela tampouco sabía gran cousa da familia de Portugal porque meu avó nunca a levou alá. El si volveu algunha vez, pero naqueles tempos non era tan fácil chegar alá e ela nunca foi», explica, así que todas las referencias que tiene son muy vagas: «Teño nocións duns tíos, irmáns de meu avó, que si lle escribían cartas a meu pai, e creo que tamén había algún primo. El nunca os chegou a coñecer e, por suposto, esas cartas non se conservaron».

Un vacío que llenar

Pese a todo, no se rinde y sigue empeñado en encontrar a la familia que puede que quede en el país luso: «Ao mellor agora xa non teño a ninguén alá. Pero é unha parte da familia que me falta, é unha historia que nos falta. Case non coñecín tampouco aos meus avós maternos, pero sei deles, teño referencias deles a través das miñas tías, sen embargo, da parte de Portugal non teño nada, hai aí un baleiro que me gustaría encher».