Las autoescuelas recuperan el nivel de actividad tras la huelga del 2017

Ana Lorenzo Fernández
ana lorenzo LA VOZ / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Los empresarios hacen un buen balance del verano, aunque el sector sigue en horas bajas

04 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los responsables de las autoescuelas de la comarca son unánimes a la hora de hacer balance de este verano: «Muchísimo mejor que el año pasado». La huelga de examinadores que hubo en el 2017 condenó a este sector a registrar una de sus peores temporadas estivales -que es cuando más facturan-, lo que les obligó a reducir plantilla, pedir créditos e incluso una tuvo que echar el cierre en Mazaricos. Por fortuna, esa situación ya forma parte del pasado, y este 2018 volvió a registrar niveles matriculación de hace dos años.

Además, uno de los factores más positivos es que «ha habido exámenes todas las semanas, lo que nos ha permitido estar al día», aplaudió el ribeirense Ventura Bretal. Esta situación viene derivada de la decisión del Gobierno de pagar las horas extra a los examinadores, muchos de los cuales se desplazan desde A Coruña a Santiago para poder hacer las evaluaciones prácticas también en horario de tarde.

«Eu pedín cita hoxe (por ayer) e xa teño exame esta mesma semana. Non cabe dúbida de que esta situación axuda a que as autoescolas funcionen mellor», destacó el rianxeiro Vicente Martínez, que también consideró que, aunque este año ha sido bueno, el sector lleva tiempo sin levantar cabeza. Tanto él como sus compañeros son conscientes de que la bajada de la natalidad es el principal escollo que impide que entren más alumnos por las puertas de las academias.

A todo esto se suman unos nuevos hábitos sociales. «Antes estabas deseando cumplir 18 años para sacar el permiso, y ahora los jóvenes tienen otras prioridades. Además, están acostumbrados a que papá o mamá los lleve a todos lados y no tienen necesidad de aprender a conducir», apuntó el boirense José Ramón Romero, que no cree que el transporte público les provoque una merma de clientes, puesto que el servicio que se ofrece en la comarca «tiene mucho que mejorar, es una tarea pendiente que tienen los gobernantes».

Otro de los motivos que apunta Vicente Martínez para explicar la situación que vive el sector está en que antes los jóvenes comenzaban a trabajar mucho antes «e precisaban ter o carné. A gran maioría tiña un soldo pequeniño e o ía pagando pouco a pouco, pero agora esperan a rematar a carreira para matricularse».

Sacarse el permiso de conducir tiene un coste medio que depende mucho del número de prácticas que se realice, pero suele oscilar «entre los 800 y los 1.000 euros, y normalmente siempre los suelen regalar los padres o los abuelos», afirmó Ventura Bretal.

Exámenes en la comarca

Las autoescuelas de la comarca tienen unos costes de desplazamientos brutales al tener que acudir a Santiago para que los alumnos hagan prácticas y se examinen, «lo que nos impide ser competitivos», reconoció José Ramón Romero, que volvió a poner sobre la mesa una vieja reivindicación: tener un centro examinador en la comarca.

Destacó que la inversión sería mínima, porque bastaría con disponer de un local con una cafetería, unos aseos y un lugar donde resguardarse en caso de lluvia. A cambio, los beneficios serían múltiples tanto por la repercusión económica, como por la comodidad para los responsables de las autoescuelas y para los alumnos. «Solo hace falta voluntad por parte de la Administración, porque está garantizada la calidad de los exámenes e incluso se mejoraría».