La comarca se pone a la cola en el reciclaje de aceites industriales

Ana Lorenzo Fernández
ana lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

De las 8.830 toneladas que se retiraron en Galicia, solo 451 se recogieron en Barbanza

13 mar 2020 . Actualizado a las 18:53 h.

El alto poder contaminante de los aceites industriales que se generan en talleres de automoción y todo tipo de empresas provoca que se tengan que extremar las precauciones, tanto a la hora de extraerlo como de almacenarlo para evitar fugas y derrames que puedan afectar a espacios naturales. Aunque cada vez se mejoran más los sistemas para poder recoger, tratar y reciclar este tipo de residuos, en la comarca todavía es una asignatura pendiente, puesto que de las 8.830 toneladas que se retiraron en Galicia durante el año pasado, solo 451 procedían de la zona de Barbanza.

Otro dato a destacar es que no todos los municipios participan por igual en estas iniciativas medioambientales -que en España se canalizan a través de Sigaus, firma autorizada para realizar esta gestión de residuos-, ya que solo en Ribeira se recogieron 102 toneladas, y muchas procedían de establecimientos próximos al parque natural de Corrubedo, un espacio protegido y de especial interés medioambiental. De hecho, este entorno ribeirense es junto al de las Fraguas do Eume y el de la reserva de las biosfera de las Mariñas Coruñesas y Tierras de Mandeo donde se está haciendo un mayor control para intentar minimizar el riesgo derivado de una posible fuga de estos residuos.

El motivo está en que en estos parajes habitan algunas de las 13 especies en peligro de extinción que actualmente existen en Galicia, y un vertido de estos aceites industriales podría poner en peligro su existencia. Por esta razón, una de las líneas de actuación de Sigaus en la comunidad gallega tiene como objetivo vigilar especialmente estas zonas protegidas, lo que le obliga a redoblar esfuerzos y realizar recorridos de 73 kilómetros de media para retirar los residuos, aunque en el caso de Ribeira la distancia a recorrer superó los 144.

Una media de dos al año

En la comarca existen un total de 236 establecimientos que están adheridos a esta red de recogida de aceites industriales, una operación que, de media, suele realizarse dos veces al año, puesto que durante el 2017 se visitaron dichos talleres y empresas en 508 ocasiones.

Nuevamente, los números se quedan algo cortos si se comparan con los del resto de la provincia y de Galicia. Así, en toda la comunidad hay 5.562 puntos productores de aceite usado que son atendidos por Sigaus, y de ellos 2.173 están ubicados en territorio coruñés. Cerca de la mitad de los residuos recogidos -un 47 %- proceden de talleres de automoción, pero también se trabaja con empresas del sector del transporte y la construcción, así como con cualquier industria que opere con máquinas, engranajes o compresores que utilicen lubricantes.

Toneladas: 102

Solo en Ribeira se retiró esta cantidad de aceites industriales usados, puesto que muchos de los establecimientos están próximos al parque natural de Corrubedo, una zona de especial protección.

Establecimientos adscritos: 236 

En toda Galicia hay 5.562 puntos productores de aceite usado, de los que 2.173 están en la provincia, y solo 236 en la comarca.

Una vez limpio de impropios, el residuo puede ser aprovechado al 100 %

A diferencia de otro tipo de residuos, los aceites industriales usados pueden ser aprovechados al 100%, una vez que se eliminen todos los impropios que se le han ido añadiendo durante su utilización. De hecho, bien gestionado, ofrece importantes beneficios ambientales, ya que permite el ahorro de materias primas, energía y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Así, el 30 % de las toneladas retiradas suele destinarse a la regeneración, un tratamiento que permite extraer aceites base utilizados en la fabricación de nuevos lubricantes.

El resto de residuos recogidos y que no son válidos para regenerar, se tratan para su posterior revalorización energética. El producto resultante es un combustible utilizado para producir electricidad en las centrales térmicas, así como en cementeras, papeleras o equipos marinos.

Además, gracias al reciclaje de aceites usados en Galicia se evitó que se emitieran a la atmósfera cerca de 8.000 toneladas de CO2.