Evitará que los caminantes pasen por una carretera peligrosa
19 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.A partir de ahora los peregrinos que pasan por Mazaricos, en dirección a Fisterra, podrán caminar algo más seguros. Al menos en el cruce del núcleo de Santa Mariña con la carretera Santa Comba-Muros, que se había convertido en uno de los puntos más complicados con los que se encontraban en los 12 kilómetros de ruta que transcurren por tierras mazaricanas.
En ese lugar, los viandantes debían atravesar una carretera autonómica muy transitada donde los vehículos acostumbran, debido a las enormes rectas, a circular a velocidades elevadas. Para colmo, en las inmediaciones se encuentra un cambio de rasante que dificulta la velocidad y, consecuentemente, aumenta el riesgo.
La solución que se ha puesto en marcha desde la Consellería de Infraestruturas ha sido la de construir un tramo de unos 15 metros de longitud que permite a los peregrinos seguir su recorrido por el lado izquierdo de la vía de forma segura.
Una buena noticia
La noticia ha sido bien recibida tanto por los caminantes que estos días realizaban la ruta como por los vecinos y comerciantes del núcleo de Lamelas, alguno de los cuales señala que esta infraestructura debería ir acompañada de alguna otra medida que consiga que los vehículos circulen a velocidades más moderadas.
Esa es también la opinión de Jorge Jurjo, presidente de los hosteleros mazaricanos, entidad que puso el foco sobre la problemática de este punto. «O que fixeron está ben, pero pode ser insuficiente se os coches seguen viaxando a gran velocidade por este tramo -hace tres meses la Guardia Civil interceptó a un vecino de Muros circulando a 190 kilómetros hora por la zona-, polo que considero que sería necesario ir pensando noutras medidas», apunta.
Este empresario cree que el aumento progresivo del número de peregrinos que apuestan por completar esta ruta hace necesaria la construcción de un paso subterráneo, como en otros puntos de la vía. «O que fixeron é un parche. Cun paso soterrado melloraría enormemente tanto a seguridade dos peregrinos como a dos propios condutores».