La escasa maduración de la uva retrasa la cosecha de Viños da Terra

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Los bodegueros atribuyen la causa a la falta de calor prolongado hasta hace unas semanas

27 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Porque a uva está moi desigual», afirma el bodeguero boirense Antonio Saborido, de cuyas cepas sale parte de la producción de la comarca comercializada bajo la denominación Viños da Terra. Tanto Saborido como el viticultor pobrense Francisco Crusat coinciden en señalar que, este año, la cosecha va a retrasarse porque el proceso de maduración de la uva avanza con mucha lentitud. A la hora de explicar las causas de la demora, ambos coinciden en que deben buscarse en una falta de calor prolongado.

Desde que comenzó el verano, a jornadas muy calurosas han seguido otras con drásticas bajadas de las temperaturas y tampoco han faltado los días de lluvia, una combinación nada beneficiosa para el desarrollo de los racimos. Antonio Saborido detalla como ha sido el proceso: «Os cambios prexudicaron dende o principio. Cando as cepas estaban purgando, veu a choiva e o proceso paralizouse».

Medidas paliativas

Con el propósito de facilitar el crecimiento del fruto, Antonio Saborido aplicó un tratamiento a las plantas la semana pasada. Sin embargo, tal y como están las cosas, no descarta verse obligado a sulfatar en una época en la que no suele hacerse.

El bodeguero comenta que entre una campaña y otra hay variaciones importantes: «O ano pasado empezamos a vendimiar sobre o 20 de agosto». En sus fincas hay varios tipos de uvas y, dice, cada una lleva su ritmo.

La que sigue un proceso más avanzado es la variedad autóctona raposo, que constituye una de las principales bases del vino que elabora Antonio Saborido. Esta uva es de crecimiento rápido y el viticultor comenta que para estar en su punto óptimo le faltan unos 20 días.

Cosa distinta es la que sucede con otros tipos: «O caíño debe levar case un mes de retraso e o albariño tampouco está adiantado. Ese é o principal problema que teño, as diferenzas na colleita».

El viticultor Francisco Crusat no tiene el problema de que unas plantas hayan madurado antes que otras, salvo en el caso de algunas fincas en las que, explica, «debido a su situación, el crecimiento siempre es un poco más tardío». Sin embargo, señala que «todo va muy retrasado. En el albariño empieza a ablandarse el grano de uva. La maduración es lenta porque no hubo los calores constantes de otras ocasiones, que son los que propician que este proceso sea más rápido.

Más azucaradas

Francisco Crusat indica que, para hacer sus vinos, le gustan las uvas azucaradas y la más alta graduación, por lo que todavía tendrá que aguardar algún tiempo hasta que pueda vendimiar.

Ambos creen que, salvo un cambio radical en la actual situación, es posible que hasta finales de septiembre o, incluso, octubre, no puedan comenzar el trabajo en sus plantaciones.

En la pasada campaña, ambos bodegueros consiguieron una producción bastante elevada, pero manifiestan que es muy incierto lo que puede suceder en esta ocasión.

Estos viticultores son dos de los principales productores de la denominación de origen Viños da Terra de Barbanza e Iria y tienen en el mercado diversas variedades. Su producción es pequeña comparada con la de otros lugares, pero cuentan con un grupo de clientes fieles y, afirman, cada año consiguen dar salida a la totalidad de la producción.