Furtivos y bañistas sacan más de 500 kilos a la semana de bivalvo en Boiro

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

La patrona mayor explica que hay usuarios de la playa que son reincidentes, pero que es difícil levantarles un acta

14 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A la cruzada que durante todo el año tienen vigilantes y productores de Cabo de Cruz con los furtivos se suman ahora los bañistas porque, explica la patrona mayor, Raquel Souto, «algúns habituáronse a carretar marisco e hai xente que é reincidente». Las cantidades de bivalvo que la cofradía logra recuperar semanalmente fluctúan mucho, como indica Souto: «Hai dúas semanas colleuse a un grupo que levaba 200 quilos, pero outras veces só conseguimos requisar 30 ou 40». Aunque la dirigente del pósito reconoce que hacer una cuantificación resulta difícil, comenta que, de media, cada semana pueden salir de los arenales más de 500 kilogramos de producto, entre el que se llevan los furtivos y el que cogen los bañistas.

Los problemas entre profesionales del mar y usuarios de la playa van en aumento, porque estos últimos, manifiesta Raquel Souto, cada vez buscan recursos más astutos para llevarse el producto: «Aparentan estar xogando cos meniños na area e méteno nos caldeiros dos rapaces, outros fan ocos debaixo das toallas ou métenos nas neveiras. O peor é que moitas veces, aínda que os pillemos, non lle podemos levantar acta».

Autoridad competente

La dificultad para abrir un expediente radica en que los bañistas a los que se descubre no tienen la obligación, dice Raquel Souto, de enseñar el carné de identidad ni a los vigilantes de la cofradía ni a los mariscadores, que se organizan en grupos para erradicar este tipo de prácticas ilícitas. Es necesario que acudan agentes de la Guardia Civil o de Gardacostas, pero no siempre es posible.

Incluso, por algunas informaciones a las que han tenido acceso, la cofradía sospecha que puede haber bañistas haciendo negocio: «Faláronnos de algún caso que, ao parecer, ata lles viñan buscar a mercancía nun coche».

El personal del pósito se ve desbordado por esta situación: «Todos che din que é para comer, pero este verán xa requisamos algunha bolsa con cinco quilos e outras con tres ou catro».

Si durante el día hay que mantener a raya a los usuarios de los arenales, por la noche la batalla se libra con los furtivos: «Veñen grupos moi organizados e dispérsanse por todas partes. Resulta moi complicado».