Boiro abre la puerta a su pasado

laura martínez / A.g. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Jóvenes y niños fueron los protagonistas del Mercado Castrexo, que contó con tres zonas de actividades

12 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Varios siglos nos separan de la Edad Media, aunque si ha visitado Boiro este fin de semana podría no parecérselo. El ruido de las espadas chocando contra escudos y armaduras a la entrada de la calle peatonal ya anunciaba lo que poco a poco confirmarían los ojos curiosos de vecinos y visitantes. No se dejen engañar por las pieles, los cuernos y los gritos de guerra, no hemos viajado en el tiempo: se trata de una nueva edición del Mercado Castrexo.

Bajo un sol de justicia, numerosos boirenses se sumaron a la cita que cada verano transforma una de las arterias de la localidad en una feria más propia de otra época. Lo atestiguan el medio centenar de puestos en los que los visitantes pueden hacerse con todo tipo de artículos artesanales elaborados en plata o piel, hierbas medicinales y especias, o las vestimentas tradicionales con las que mimetizarse con el ambiente.

Uno de los grandes atractivos de la jornada de ayer fueron los artesanos. Los vecinos no dudaban en pararse a observar como forjaban hachas y trabajaban materiales como el cuero o el vidrio. Precisamente dando forma al cristal podía verse a Juan Fuentes, de la empresa boirense Tejeluz, que se instaló por segundo año consecutivo en el Mercado Castrexo: «Volvo porque foi un éxito. Á xente chámalle moito a atención verme crear pequenos obxectos de decoración a partir de botellas recicladas».

Paseo por la historia

Pero si alguien disfruta en la recreación boirense, esos son los más pequeños. Entre tanto tenderete, se ha asentado un campamento, dividido en tres zonas, con actividades para todos los gustos. Allí, los niños recrearon batallas, elaboraron cuencos de barro y cestos en talleres dirigidos, al tiempo que se entretuvieron con juegos tradicionales. «El objetivo es acercarles la cultura celta, al tiempo que se lo pasan bien», afirma José Manuel Álvarez, uno de los responsables de la zona infantil.

El mercado vive hoy su tercera y última jornada, que llega cargada de espectáculos callejeros y de actividades para todos aquellos que quieran darse un paseo por la historia y ver el trabajo de los artesanos, que están encantados de explicar la minuciosidad y tradición con la que realizan su labor.