Problemas con la titularidad de las fincas impiden aplicar la ley contraincendios

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Errores catastrales, herencias sin repartir o propietarios cuyo lugar de residencia se desconoce son varios de los contratiempos

10 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La normativa de prevención de incendios, que establece la obligatoriedad de mantener libre de maleza y especies arbóreas como acacias, pinos o eucaliptos un perímetro de 50 metros en los núcleos habitados, así como de despejar carreteras, caminos o pistas forestales, se está convirtiendo en una auténtica pesadilla para quienes deben hacer cumplir la ley en Barbanza. A un territorio minifundista, con miles de parcelas afectadas por la disposición de Medio Rural, se suman las complicaciones existentes para identificar a los propietarios de las parcelas.

Diversos profesionales explicaron que a la hora de enviar los requerimientos por el incumplimiento de la normativa se están encontrando con numerosos errores catastrales sobre la titularidad de las fincas. Un agente explicó que el catastro es su principal herramienta para localizar las parcelas y a sus dueños, pero que debido a los fallos en las identificaciones se han enviado notificaciones a vecinos que nada tienen que ver con los terrenos afectados. Los requeridos indebidamente presentan alegaciones y el proceso burocrático se enmaraña todavía más.

Una de las personas encargadas de supervisar el cumplimiento de la ley en Porto do Son es María Maroñas, quien explica: «Antes era muy habitual que al adquirir un bien se realizara el cambio de titular en el registro de la propiedad, pero no en el catastro. En la actualidad es más difícil que suceda eso».

Labor de investigación

Tanto el personal municipal como los agentes forestales encargados de localizar a los propietarios tienen que efectuar una auténtica labor de investigación que, explican, requiere muchas horas, lo que motiva que los procedimientos avancen de manera muy lenta.

A los problemas con los datos catastrales hay que añadir, destacan, el desconocimiento sobre el lugar de residencia de numerosos propietarios. La recopilación de datos se hace preguntando a los vecinos del lugar, pero no siempre se obtiene la información deseada o solo se consigue en parte.

La tercera dificultad en el complejo proceso que se lleva a cabo radica en la existencia de herencias sin repartir, con lo que no hay un titular al que requerir para que haga la limpieza.

Aunque son las Administraciones locales las encargadas de velar por el cumplimiento de la normativa, existe un protocolo que debe respetarse antes de que puedan actuar de oficio. El primer paso consiste en notificar al dueño y, en caso de que esto no resulte factible, debe publicarse el correspondiente anuncio en el Boletín Oficial de la Provincia.

Al explicar las dificultades a las que deben hacer frente, un profesional de la comarca manifestaba: «É un traballo complicadísimo».

Algunos ayuntamientos, como es el caso de Outes, han encargado la elaboración de un registro sobre todas las parcelas y núcleos en los que no se cumple la normativa. La intención, cuando esté concluido, es que facilite el trabajo de quienes deben cursar las notificaciones.

La obligación que tienen los concellos de velar por el cumplimiento de la ley de Medio Rural ha motivado la necesidad de destinar personal exclusivamente a la realización de esta labor, que todos aseguran que está resultando más complicada de lo que se preveía inicialmente.