Una de las quejas que más repiten los empresarios del sector es que, una vez que el mal tiempo llega a la comarca, los turistas no saben que hacer y no tienen a donde ir, por lo que muchos se escapan a Santiago o a otras ciudades gallegas o del norte de Portugal. El empresario boirense Suso Santamaría reconoce que «falta unha boa infraestrutura cultural e de ocio para ofertar aos visitantes, para que teñan alternativas para facer cousas aquí. En lugares como Sanxenxo lévannos moita vantaxe, aínda que alí comezaron nos anos 50 e nós apenas hai dúas décadas».
También es de la misma opinión Francisco Crusat, que sentencia: «El día que llueve, Santiago se ensancha». Los hoteleros ribeirenses también secundan estas palabras porque consideran que queda mucho por trabajar en esta línea. «Si queremos que la gente venga y se quede hay que ofrecerle opciones para elegir, no solamente la playa, porque aquí sabemos que no siempre hace bueno», dicen.