La dificultad añadida de abrir un nuevo camino

Sergio romero / m. x. b. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El noiés Ramón Pérez recorrió varios clubes hasta que Pedro Nimo le abrió las puertas de las competiciones adaptadas

29 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El recorrido de la vida se asemeja más a una carrera de obstáculos que a un plácido paseo por la playa. Sus dificultades y sus contratiempos inesperados hacen de la travesía un duro camino que solo mediante trabajo y esfuerzo se puede convertir en una ruta de éxito. Ramón Pérez emprendió este viaje hace 23 años con una de las mochilas más pesadas que se pueden llevar a cuestas, la de la discapacidad. Con una diversidad funcional neurológica y auditiva, cruzó infinidad de metas durante su infancia hasta encontrar su particular trampolín a la felicidad: el atletismo.

Ahora, tras muchas horas de entrenamiento, Ramón luce al cuello innumerables medallas de oro, plata y bronce, y puede decir con orgullo que ha sido convocado por la Selección Gallega para el anterior Campeonato de España, en el que quedó segundo, y que se encuentra a la espera de ser elegido como uno de los integrantes de la Selección Española en el próximo Mundial de Atletismo, en Australia. Además, de la mano de este deporte no solo ha mejorado físicamente, sino también mentalmente, pues las carreras han sido para él un puente hacia una mayor autonomía e independencia.

El romance de Ramón Pérez y el atletismo comenzó hace seis años, cuando practicaba natación y kick boxing en las instalaciones municipales de Outes. Picado por el gusanillo que le generaba el ver correr a los chicos del Club de Atletismo Outes (CAO), quiso también probar suerte en el mundo de las carreras. Y se enamoró. Desde el primer momento, el noiés sintió un vínculo especial con lo que a día de hoy se ha convertido en su forma de vida. Sus primeras apariciones tuvieron lugar en carreras populares, aunque sin llegar a federarse con su equipo.

Los obstáculos

Debido a la incompatibilidad de horarios que le suponía el entrenar con el CAO, Ramón se vio obligado a cambiar de colores. Así, su nuevo destino fue el Club de Atletismo Noia (CAN), donde se federó por primera vez en la Federación Gallega de Atletismo (FGA) y obtuvo la ficha técnica que le asignaba la categoría T20 (Atletas con Discapacidad Intelectual), lo que le permitía participar en las competiciones de ámbito autonómico que organiza la Federación Gallega de Deporte Adaptado (FGDA) y en las competiciones de ámbito nacional que desarrolla la Federación Española de Deportes para Discapacitados (Feddi). Sin embargo, los estatutos del CAN no estaban adecuados para que sus miembros fuesen inscritos en deportes adaptados. Para poder correr con los de su categoría, y pese a entrenar con la entidad noiesa, el atleta tuvo que equiparse la camiseta del Club de Atletismo Ourense para competir. «

Quería correr co meu adestrador e levar a mesma camiseta ca os meus compañeiros. Era unha desvantaxe para min

», comenta Ramón. Esta dificultad provocó que buscase un nuevo cambio de aires, pero ningún equipo en la zona le ofrecía la posibilidad de participar en el deporte adaptado.

Al fin, disfrute

En los peores momentos, apareció Pedro Nimo, un hombre que cambió por completo la vida de Ramón: «Idolatrábao antes de coñecelo. Para min é un referente, como deportista e como persoa. Axudoume moito. Que agora sexa o meu adestrador é un soño». La relación nació en la tienda de deportes del atleta santiagués, que Ramón frecuentaba. Cuando el muchacho le comunicó su situación, Pedro lo acogió en su actual club, 3&Run Club de Corredores by Pedro Nimo, y, pese a no contar con unos estatutos que permitieran al joven participar en las disciplinas adaptadas, recorrió mar y aire para modificarlos y abrir así un camino para que gente en la situación de Ramón pudiese competir.

Finalmente, gracias al esfuerzo de una familia que hizo todo lo que estuvo en su mano desde el minuto uno, Ramón pudo disfrutar de su pasión y alcanzar los logros que ha conseguido. Después de superar tantas trabas, el noiés no se pone metas: «Soamente levo dous anos competindo, mellorei e creo que podo dar aínda máis. Espero poder participar no próximo Mundial e, segundo Pedro, se me esforzo podo estar nos Xogos Olímpicos de Tokyo 2020. É o meu obxectivo. Animo á xente que se encontre na miña situación a non deixar escapar os seus soños».